“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”, Jer. 29:11
Quizás habrás leído o escuchado lo que dijeron los sobrevivientes de las compañías que fueron afectadas por el ataque de las Torres Gemelas. El jefe de seguridad contó historias de por qué esta gente estaba viva... y todas tenían que ver con pequeños detalles.
Al director de la compañía se le hizo tarde porque era el primer día del kinder de su hijo; otro compañero estaba vivo porque le tocaba llevar las donas. Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo; a uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente. A otro se le fue el autobús; alguien se tiró comida encima y tuvo que tomarse el tiempo para cambiarse; uno tuvo un carro que no arrancó; una se regresó a contestar el teléfono; ¡otra tuvo un bebé!; otro no consiguió un taxi; el que más me impresionó fue un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, pero antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por un curita. Por eso está vivo hoy.
Ahora, cuando me quedo atorada en el tránsito, cuando pierdo un elevador, cuando me regreso a contestar un teléfono, todas esas cosas que me desesperan, pienso: Este es el lugar exacto en el que Dios quiere que esté en este preciso momento.
Las cosas NO suceden por casualidad; existe un Dios que tiene planes y propósitos para nosotros y éstos se van a cumplir pase lo que pase. La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, que los niños se tarden en vestirse, cuando no logres encontrar las llaves del coche, cuando te topes con todos los semáforos en rojo, ¡NO TE ENOJES NI TE FRUSTRES, RECUERDA QUE HAY ALGUIEN QUE TE ESTÁ CUIDANDO!
Quizás habrás leído o escuchado lo que dijeron los sobrevivientes de las compañías que fueron afectadas por el ataque de las Torres Gemelas. El jefe de seguridad contó historias de por qué esta gente estaba viva... y todas tenían que ver con pequeños detalles.
Al director de la compañía se le hizo tarde porque era el primer día del kinder de su hijo; otro compañero estaba vivo porque le tocaba llevar las donas. Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo; a uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente. A otro se le fue el autobús; alguien se tiró comida encima y tuvo que tomarse el tiempo para cambiarse; uno tuvo un carro que no arrancó; una se regresó a contestar el teléfono; ¡otra tuvo un bebé!; otro no consiguió un taxi; el que más me impresionó fue un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, pero antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por un curita. Por eso está vivo hoy.
Ahora, cuando me quedo atorada en el tránsito, cuando pierdo un elevador, cuando me regreso a contestar un teléfono, todas esas cosas que me desesperan, pienso: Este es el lugar exacto en el que Dios quiere que esté en este preciso momento.
Las cosas NO suceden por casualidad; existe un Dios que tiene planes y propósitos para nosotros y éstos se van a cumplir pase lo que pase. La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, que los niños se tarden en vestirse, cuando no logres encontrar las llaves del coche, cuando te topes con todos los semáforos en rojo, ¡NO TE ENOJES NI TE FRUSTRES, RECUERDA QUE HAY ALGUIEN QUE TE ESTÁ CUIDANDO!