“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” Sal. 40:8
En una entrevista sobre el éxito realizada al mexicano Carlos Slim Helú, éste dice: “Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente, o saca 10 en la escuela. Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, el concepto de la familia y los amigos, pero los verdaderos amigos: ése que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estás mal te llama para saber si se te ofrece algo, ése que cuando te ve te da un abrazo sincero, ése que cuando te ve le da gusto saber que existes. Es apreciar las cosas que tienen valor ¡VERDADERO!, no material, ni físico necesariamente”.
Bien podemos añadir a esta respuesta la siguiente reflexión: “El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos de nobleza ni académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado, o si eres miembro prominente de clubes sociales.
No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, o de si las luces te siguen cuando lo haces. No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.
El Éxito se debe a cuanta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuanta evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuantos te siguen sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino de cuantos te creen, si eres feliz o finges estarlo. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.
¡ESTO ES EL ÉXITO! ¡ANHELEMOS SER PERSONAS EXITOSAS!
En una entrevista sobre el éxito realizada al mexicano Carlos Slim Helú, éste dice: “Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente, o saca 10 en la escuela. Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, el concepto de la familia y los amigos, pero los verdaderos amigos: ése que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estás mal te llama para saber si se te ofrece algo, ése que cuando te ve te da un abrazo sincero, ése que cuando te ve le da gusto saber que existes. Es apreciar las cosas que tienen valor ¡VERDADERO!, no material, ni físico necesariamente”.
Bien podemos añadir a esta respuesta la siguiente reflexión: “El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos de nobleza ni académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado, o si eres miembro prominente de clubes sociales.
No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, o de si las luces te siguen cuando lo haces. No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.
El Éxito se debe a cuanta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuanta evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuantos te siguen sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino de cuantos te creen, si eres feliz o finges estarlo. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.
¡ESTO ES EL ÉXITO! ¡ANHELEMOS SER PERSONAS EXITOSAS!