“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Juan 4:23 y 24
La adoración debe ser una prioridad de la iglesia y del creyente; fuimos creados para adorarle. Jesucristo es nuestro mejor ejemplo; Él hizo de la adoración una prioridad. Él enseñó a sus discípulos a adorar en la oración del Padre nuestro: “Santificado sea tu nombre”, Luc. 11:2, Mat. 6
Propósitos de la adoración: (porqué adoramos)
1- Por lo que Él es (Dios, creador)
2- Por lo que ha hecho en nosotros (crearnos, salvarnos)
3- Porque es Su voluntad (Juan 4:23)
4- Porque debemos bendecirlo y honrarlo de manera desinteresada, sin buscar nuestro beneficio
5- Porque le amamos (Él significa tanto para nosotros)
6- Por su obra en la Tierra (muerte, resurrección y 2ª venida)
7- Para acercarnos a Él
La adoración es una relación; esa relación se establece con la intimidad. La intimidad con Dios es una prioridad. Debe existir intimidad con Dios antes que cualquier cosa, persona o trabajo.
En la intimidad con Dios recibimos el toque de su Espíritu Santo en nuestro espíritu, actitud, conducta, etc. Somos más como Cristo cuando tenemos intimidad con Él. No basta conocer al Señor; Marta, la hermana de Lázaro y María le conocía pero no tenía intimidad con Él.
Aspectos importantes sobre la intimidad:
1- Es más importante que nuestro servicio (“María ha escogido la mejor parte” = estar a los pies de Jesús y escucharle).
2- La intimidad debe ser una elección: Marta y María eran hermanas, tenían el mismo trasfondo, pero María eligió acercarse a Jesús
3- La intimidad es el antídoto para la ansiedad (“Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas”). Pasar tiempo con Jesús trae paz y descanso y pone todas las cosas en su perspectiva correcta (Mateo 6:33)
4- La intimidad produce como respuesta que Jesús nos busque y nos atienda. Cuando nosotros lo buscamos en adoración, Él se acerca a nosotros
La adoración debe ser una prioridad de la iglesia y del creyente; fuimos creados para adorarle. Jesucristo es nuestro mejor ejemplo; Él hizo de la adoración una prioridad. Él enseñó a sus discípulos a adorar en la oración del Padre nuestro: “Santificado sea tu nombre”, Luc. 11:2, Mat. 6
Propósitos de la adoración: (porqué adoramos)
1- Por lo que Él es (Dios, creador)
2- Por lo que ha hecho en nosotros (crearnos, salvarnos)
3- Porque es Su voluntad (Juan 4:23)
4- Porque debemos bendecirlo y honrarlo de manera desinteresada, sin buscar nuestro beneficio
5- Porque le amamos (Él significa tanto para nosotros)
6- Por su obra en la Tierra (muerte, resurrección y 2ª venida)
7- Para acercarnos a Él
La adoración es una relación; esa relación se establece con la intimidad. La intimidad con Dios es una prioridad. Debe existir intimidad con Dios antes que cualquier cosa, persona o trabajo.
En la intimidad con Dios recibimos el toque de su Espíritu Santo en nuestro espíritu, actitud, conducta, etc. Somos más como Cristo cuando tenemos intimidad con Él. No basta conocer al Señor; Marta, la hermana de Lázaro y María le conocía pero no tenía intimidad con Él.
Aspectos importantes sobre la intimidad:
1- Es más importante que nuestro servicio (“María ha escogido la mejor parte” = estar a los pies de Jesús y escucharle).
2- La intimidad debe ser una elección: Marta y María eran hermanas, tenían el mismo trasfondo, pero María eligió acercarse a Jesús
3- La intimidad es el antídoto para la ansiedad (“Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas”). Pasar tiempo con Jesús trae paz y descanso y pone todas las cosas en su perspectiva correcta (Mateo 6:33)
4- La intimidad produce como respuesta que Jesús nos busque y nos atienda. Cuando nosotros lo buscamos en adoración, Él se acerca a nosotros