“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”, Sal. 32:8
Una necesidad de todos los seres humanos es querer saber cuál será nuestro futuro, hacia dónde vamos, qué nos va a acontecer, con quién nos vamos a casar, cuándo vamos a morir. Debemos tener presente que Dios sólo nos informará lo que necesitemos saber en cada momento. Al igual que Abraham, cuando seguimos al Señor lo hacemos “sin saber” adónde nos dirigimos, pero lo hacemos creyendo en sus promesas y teniendo la seguridad de que sea como sea y tarde lo que tarde, Dios cumplirá su propósito en nosotros.
El hecho de estar en la voluntad de Dios no nos exime de problemas. Dios no nos promete un sendero de rosas. Sin embargo, sí podemos estar seguros de que “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”, Fil. 1:6 El apóstol Pablo dijo: “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones”, Hech. 20:22 y 23
Dios conoce todos los detalles del camino por el que hemos de ir, las bendiciones y los peligros, dónde hemos estado y hacia dónde nos dirigimos y cuál es el mejor sendero a seguir. Él ya ha “visto” todo el rompecabezas de nuestra vida completo. No nos corresponde a nosotros conocer la ruta o todos los detalles con anticipación.
Es responsabilidad de Dios llevarnos por el camino encomendado y cumplir su propósito en nosotros. Nuestra responsabilidad es buscar su guía y dirección, y obedecer sus instrucciones. Él dijo: “Te enseñaré el camino en que debes andar”, Sal. 32:8 Por tanto, debemos CAMINAR POR FE.
Lo único que tenemos que hacer es confiar en Él de todo corazón y no apoyarnos en nuestra propia prudencia, y Él enderezará nuestros pasos (Prov. 3:5 y 6). Este camino no lo vamos a recorrer solos, lo vamos a caminar con Él.
Muchas veces no nos explicamos porque tenemos que atravesar por caminos difíciles en nuestras vidas y por eso muchos retroceden y abandonan el plan que Dios estableció para ellos. No olvidemos que si aun no se ha manifestado aquello que hemos estado esperando de parte de Dios es porque Dios nos está capacitando para que aprendamos a CAMINAR POR FE.