“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”, Heb. 11:6
I- FE: LA LLAVE PARA UNA VIDA SOBRENATURAL
El creer por sí solo no sirve de mucho. Podemos creer con todo nuestro corazón que alguien va a sacarnos de algún apuro o que algo bueno va a suceder, para luego terminar desilusionados. El resultado de nuestra fe no depende tanto de cuán profundamente creemos, sino de cuál es el objeto de nuestra fe.
¿En quién o en qué creemos? El único que es infinitamente fiel y digno de nuestra absoluta confianza es nuestro maravilloso Dios. Cuando depositamos nuestra fe en Él, el resultado es sobrenatural.
En cierta ocasión, una comunidad se encontró en medio de una terrible sequía. Los creyentes del lugar organizaron una hora de oración en la plaza pública. Animaron a la gente para que llevaran objetos de fe como inspiración. Llegó el día, la plaza estaba repleta, la gente llevaba cosas como Biblias como objetos de fe. Al terminar la oración, el cielo se nubló y comenzó a caer una lluvia suave. Entre la multitud destacaba un objeto de fe que se destacaba de los otros: un niño pequeño había llevado un paraguas. La fe no es sólo creer; requiere de acción. Actuar por fe es el único camino a la vida sobrenatural.
Sin FE es imposible agradar a Dios.-
La fe es esencial para la vida cristiana (Rom. 5:1 y Heb. 11:6). Todos tenemos el tipo de fe natural de todos los días; es la fe que mostramos para las cosas ordinarias que hacemos. Cuando tomamos un vaso de agua, confiamos en que el agua es pura. Este tipo de fe proviene de nuestros sentidos. Necesitamos de nuestros sentidos y de nuestra fe natural para vivir la vida física; pero la Biblia explica que la fe espiritual no depende de nuestros sentidos; se basa en el carácter consistente y confiable de Dios (Heb. 11:1).
La fe no opera en la esfera de lo posible; no hay ninguna gloria para Dios en aquello que es humanamente posible. La fe comienza donde el poder del hombre termina. Aunque nuestras circunstancias puedan parecer sin esperanzas y nuestros sentimientos puedan indicarnos que nos demos por vencidos, debemos poner nuestra confianza en las promesas de Dios.
Se dice que un antílope impala africano puede saltar a más de3 metrosde altura y a una distancia mayor a los10 metros. Sin embargo, estas criaturas pueden ser encerradas en un espacio cercado en cualquier zoológico tras una cerca de un metro de altura. ¿La razón? El antílope no salta si no puede ver donde caerá. La dependencia de sus sentidos los priva de su libertad. Nosotros con frecuencia nos limitamos por nuestra necesidad de ver o tocar antes de creer.
Continuará…