2 Corintios 4:8-18 (DHH)
En esta segunda carta de Pablo (2 Corintios) a la iglesia de Corinto este la consuela y trae buenas noticias a sus miembros; luego de haberle llevado palabra dura de parte de Dios (1 Corintios) y disciplinaria, ya que este había llegado a conocer el deterioro espiritual de los miembros de la iglesia. Lo cual Dios continua haciendo en la actualidad con nosotros los creyentes, al disciplinarnos cuando le desobedecemos, y cuando reconocemos esa desobediencia y venimos arrepentidos él nos trae palabra de consuelo para nuestras vidas.
Por medio de esta porción bíblica los quiero llevar a conocer que muchas son las batallas, sufrimientos y pruebas de nosotros los creyentes, pero en medio de todas estas situaciones que se nos presentan en la vida Dios quiere que alcancemos “El Éxito” y que veamos como él se glorifica en medio de ella. Que han sido muchos los creyentes que también han pasado por esto y lograron el éxito cuando se aferraron a las promesas que Dios nos dejó en su Palabra.
“Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos.Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros”. (vv.8-10).
Pablo se proyecta en esta porción de la palabra, ya que él había sufrido muchas dificultades, muchas veces fue afligido, atribulado, perseguido y se sintió triste por muchas situaciones más durante su vida, pero lo más importante de todo es que confió en Cristo y gracias a eso nunca pudo ser destruido. El logro obtener el éxito por medio de Cristo. Esto mismo lo experimentamos nosotros en nuestras vidas y en el diario vivir, pero esto no nos puede destruir. Tenemos que permanecer fieles, perseverando sin parar y la única manera de lógralo y alcanzar el éxito es en Cristo. Sé que vienen situaciones sumamente difíciles, yo a menudo lo experimento, pero aferrémonos a la promesa que somos más que vencedores, no con nuestras fuerzas, sino con Cristo quien es quien nos da el éxito y te aseguro que lo lograras.
“Pues nosotros, mientras vivimos, nos vemos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se muestre en nuestro cuerpo mortal. De ese modo, la muerte actúa en nosotros, y en ustedes actúa la vida. La Escritura dice: “Tuve fe, y por eso hablé”. De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos. Porque sabemos que Dios, que resucitó de la muerte al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con él, y junto con ustedes nos llevará a su presencia. Todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios”. (vv.11-15).
Aquí Pablo hace referencia a que este cuerpo es temporal y perecedero. Él nos quiere llevar a reconocer que mientras estemos en este cuerpo somos débiles y nos vamos deteriorando o en decadencia con el pasar del tiempo (Deterioro o decadencia significa: que nos vamos desmejorando, debilitándonos y desintegrándonos con el paso del tiempo), pero Pablo en realidad lo que quiere es que estemos claros que este cuerpo es temporal, ahora si estamos en Cristo y vivimos conforme al plan que el trazo para cada uno de nosotros, nuestro espíritu y alma vivirán eternamente junto con él y lograremos el éxito.
El enemigo conoce que mientras estemos en este cuerpo somos vulnerables a sus ataques, esto incluye enfermedad, tribulaciones, tristeza, etc. y que somos débiles. Él quiere que te sientas derrotado y hacerte pensar que no lograras el éxito. Como parte de eso ataques él no quiere que te sientas bien, para que de esa manera pierdas la fe y que no transmitas el mensaje de salvación a aquellos que lo necesitan escuchar. La Palabra te deja bien claro el camino a seguir en cuanto a esto: “Tuve fe y por eso hable”, te aseguro nuevamente que si te aferras a Cristo y a su Palabra obtendrás el éxito contra los ataques del enemigo de las almas.
“Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día. Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante. Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas”.
Pablo en la Palabra también dice que todo esto es necesario para que seamos agradecidos de la gracia de nuestro Dios; que envió a su único Hijo y este fue sacrificado para que por medio de este sacrificio fuéramos salvos. Por medio del sacrificio de Jesús en la cruz somos vencedores juntamente con él y solo por medio de esto alcanzaremos el éxito. Así que por más situaciones que estés pasando no te rindas y sigue caminando. Acuérdate que quien te dará las fuerzas es Cristo y mientras reconozcas esto podrás seguir caminando hacia la ruta del éxito.
Dios quiere que cada uno de nosotros alcancemos el éxito, que obtengamos la salvación y la recompensa que la acompaña. No te rindas, sigue adelante, sigue el camino que Dios preparo para tu vida y comparte con todos ese regalo de vida que como creyente recibiste por medio de Cristo.
“Hoy te exhorto a que sigas buscando y escudriñando la Palabra de Dios, esta es la ruta del éxito. Hazla tuya, pero compártela con aquellos que aún no la han hecho suya y veras como Dios se glorificara en medio de todas tus situaciones y en tu vida. Dios les bendiga y les fortalezca”.