“Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”, Gál. 4:7
A- DIOS NOS HA DADO INFINITAS BENDICIONES ESPIRITUALES (Ef. 1:3): nuestro Padre disfruta al darnos amor y bendiciones. Como herederos de Dios heredamos redención, perdón (Ef. 1:6 y 7), vida eterna, la santidad de Cristo (Ef. 1:4), la sabiduría (Ef. 1:7 y 8), el poder del nombre de Jesús (Juan 14:13 y 14) y la victoria de Cristo (1ª Juan 4:4 y Rom. 8:37); pero, ¿Cómo nos apropiamos de esas bendiciones? Liberamos esas bendiciones al rendir nuestra voluntad a Dios en fe. Cuando rendimos nuestros propios deseos y ofrecemos nuestro corazón, alma y mente a Dios, Él prodiga sus bendiciones espirituales sobre nosotros
B- DIOS NOS PERMITE REINAR CON ÉL (2ª Tim. 2:10 – 12): el Nuevo Testamento está lleno de promesas de que los hijos de Dios reinarán en el reino de Dios (Ap. 2:26 – 28). Aunque nuestra salvación y la entrada al reino de Dios son un don, reinar con Cristo depende de nuestra obediencia y perseverancia hasta el fin
CONCLUSIÓN
- Debemos concentrarnos en la verdad de que ahora somos hijos adoptados y herederos del Soberano Dios
- Vivamos con la confianza de esta verdad y apropiémonos de ella como un estilo de vida
- Debemos compartir esta verdad con alguien más, de modo que ellos también puedan ser adoptados en la familia de Dios
Continuará…