LOS ESPÍRITUS INMUNDOS sacuden con violencia, gritan y derriban a la persona a quien toman; el Espíritu Santo de Dios, la Palabra de Dios, no hace contorsionar a nadie, ni lo derriba ni lo pone a danzar o a gritar, sino que expulsa a los demonios, quienes en su salida violenta, derriban sin causar daño alguno: Marcos 1:26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él.
Lucas 4:35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.
El Espíritu Santo de Dios, el Consolador, lo que hace es convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8), y a quien lo recibe hace morada en él para siempre (Juan 14:16), sellándole para la eternidad como hijo de Dios, en el bautismo de Jesucristo, quien bautiza con Espíritu Santo y fuego (Mateo 3:11), y ninguno que se llame ministro de Dios puede orar para que el Espíritu Santo de Dios se manifieste en el creyente y lo contorsione y derribe, porque ya mora en él, habiendo hecho su obra regeneradora.
No existe ministerio de liberación ni don de liberación, porque el único libertador es Jesucristo: Juan 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Romanos 11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el LIBERTADOR, que apartará de Jacob la impiedad.
La palabra no nos manda a correr tras el engaño, la mentira, inducciones engañosas; ella nos dice: Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.
Colosenses 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Lucas 4:35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.
El Espíritu Santo de Dios, el Consolador, lo que hace es convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8), y a quien lo recibe hace morada en él para siempre (Juan 14:16), sellándole para la eternidad como hijo de Dios, en el bautismo de Jesucristo, quien bautiza con Espíritu Santo y fuego (Mateo 3:11), y ninguno que se llame ministro de Dios puede orar para que el Espíritu Santo de Dios se manifieste en el creyente y lo contorsione y derribe, porque ya mora en él, habiendo hecho su obra regeneradora.
No existe ministerio de liberación ni don de liberación, porque el único libertador es Jesucristo: Juan 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Romanos 11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el LIBERTADOR, que apartará de Jacob la impiedad.
La palabra no nos manda a correr tras el engaño, la mentira, inducciones engañosas; ella nos dice: Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.
Colosenses 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.