¡No te alejes, Dios, de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro! Salmo 71.12.
Dios puede alejarse mucho de nosotros, hasta el punto de que ya no podamos alcanzarle. Para impedir que esto suceda, no debemos excluirle de nuestra vida ni darle la espalda.
El que deja de buscarlo con dedicación pierde mucho, porque esta negativa, aunque parezca una decisión personal, en realidad es obra del demonio que, al provocar este distanciamiento, encuentra medios para llevar a esa persona a donde pueda atacarla sin que le molesten.
No sabemos por qué el salmista se sentía perdido y lejos del Omnipotente, pero cuando vio que podría suceder eso, en seguida entró en oración y Le suplicó a Dios que le librase de aquel estado. Si algún día siente que el Señor no está satisfecho con alguna obra suya, y que por eso Se está alejando, entre en oración y pida el socorro divino.
La oración del salmista es la prueba de que puede hacer que el Señor se acerque a usted. Cuanto más cerca de Él esté, mejor y más protegido vivirá, si usa la fe. Al estar cerca del que tiene toda la habilidad, no le alcanzará ninguna plaga, ni siquiera una flecha envenenada del enemigo podrá alcanzarle. Así, usted probará el amor del Padre y también se realizará por completo en la fe que actúa en Jesús.
El Señor hará según su respuesta a las revelaciones que Él le da en Su Palabra. Siga inamovible en esta certidumbre; así sabrá cómo actuar en cualquier situación, porque se acabarán las dudas sobre la dirección que debe tomar y sobre lo que Él hará en y por usted. El Altísimo nunca niega Sus declaraciones ni deja de cumplir Sus promesas (Números 23.19). Su Palabra imperará sobre todas las obras del enemigo.
Dios y Su Palabra son uno solo y están unidos inseparablemente, tanto para un estudio ligero como profundo. En el momento que entienda lo que Él tiene para su vida, agárrese a esta información, porque será como el ángel al que Jacob le impidió marcharse. El patriarca usó la autoridad del que anda con Dios y, al actuar de esta forma, fue bendecido.
Tener al Señor siempre cerca es señal de que nuestra vida será infinitamente mejor de lo que podríamos pensar. Esto no solo debería ser siempre nuestra meta, sino también el motivo de nuestras acciones. El que anda con el Omnipotente nunca se doblegará ante las embestidas malignas y, por eso, no dejará de buscar la presencia divina.
Dios puede alejarse mucho de nosotros, hasta el punto de que ya no podamos alcanzarle. Para impedir que esto suceda, no debemos excluirle de nuestra vida ni darle la espalda.
Buscar la Bendición de Dios, mientras pueda ser hallada.
El que deja de buscarlo con dedicación pierde mucho, porque esta negativa, aunque parezca una decisión personal, en realidad es obra del demonio que, al provocar este distanciamiento, encuentra medios para llevar a esa persona a donde pueda atacarla sin que le molesten.
No sabemos por qué el salmista se sentía perdido y lejos del Omnipotente, pero cuando vio que podría suceder eso, en seguida entró en oración y Le suplicó a Dios que le librase de aquel estado. Si algún día siente que el Señor no está satisfecho con alguna obra suya, y que por eso Se está alejando, entre en oración y pida el socorro divino.
La oración del salmista es la prueba de que puede hacer que el Señor se acerque a usted. Cuanto más cerca de Él esté, mejor y más protegido vivirá, si usa la fe. Al estar cerca del que tiene toda la habilidad, no le alcanzará ninguna plaga, ni siquiera una flecha envenenada del enemigo podrá alcanzarle. Así, usted probará el amor del Padre y también se realizará por completo en la fe que actúa en Jesús.
El salmista quería que su liberación fuese urgente. Esto demuestra que hacemos que la actuación divina se produzca. Pero cuando hay cualquier tipo de pecado que no se ha confesado, el Señor no puede actuar (Isaías 59.2). Por eso, examínese siempre y no deje que el sol se ponga sobre lo malo que haya hecho. El que confiesa sus pecados y se aparta de ellos alcanzará misericordia (Proverbios 28.13) y así, el Señor ya no estará lejos ni tardará en atenderle.
El Señor hará según su respuesta a las revelaciones que Él le da en Su Palabra. Siga inamovible en esta certidumbre; así sabrá cómo actuar en cualquier situación, porque se acabarán las dudas sobre la dirección que debe tomar y sobre lo que Él hará en y por usted. El Altísimo nunca niega Sus declaraciones ni deja de cumplir Sus promesas (Números 23.19). Su Palabra imperará sobre todas las obras del enemigo.
Dios y Su Palabra son uno solo y están unidos inseparablemente, tanto para un estudio ligero como profundo. En el momento que entienda lo que Él tiene para su vida, agárrese a esta información, porque será como el ángel al que Jacob le impidió marcharse. El patriarca usó la autoridad del que anda con Dios y, al actuar de esta forma, fue bendecido.
Tener al Señor siempre cerca es señal de que nuestra vida será infinitamente mejor de lo que podríamos pensar. Esto no solo debería ser siempre nuestra meta, sino también el motivo de nuestras acciones. El que anda con el Omnipotente nunca se doblegará ante las embestidas malignas y, por eso, no dejará de buscar la presencia divina.