Es cierto que en la actualizada, los cristianos se preguntan si Se debe dar el Diezmo Hoy.
Déjeme decirle que es una pregunta que todos tenemos en común, y que leyendo de aquí y de allá, me tope con esta breve explicación de el pastor, David Logacho en el programa radial LA BIBLIA DICE.
Y dice así,
Programa del día 17 de mayo del 2015.
La consulta de hoy es de un amigo oyente de Colombia. Nos pregunta en qué parte del Nuevo Testamento se ordena que la iglesia debe diezmar.Respuesta de parte de David Logacho.
Gracias por su consulta amable oyente. El Nuevo Testamento no contiene ninguna orden o mandato de diezmar para la iglesia. Entendiéndose el verbo diezmar en el sentido de entregar a la iglesia el diez por ciento de los ingresos económicos. Con relación a esto de diezmar, me gustaría compartir con usted lo que ha escrito sobre este tema un reconocido maestro bíblico, cuyo nombre es Charles Ryrie, profesor de Teología Sistemática del Seminario Teológico de Dallas, autor de varios libros cristianos y autor también de las notas en la Biblia de Estudio Ryrie.Con respecto al diezmo dice lo siguiente en el libro de su autoría que se titula Equilibrio en la Vida Cristiana. Las palabras diezmo o diezmar aparecen en el Nuevo Testamento solamente nueve veces. En Mateo 23:23, en Lucas 11:42, en Lucas 18:12; en Hebreos 7:2, en Hebreos 7:4, en Hebreos 7:5, en Hebreos 7:6; en Hebreos 7:8 y en Hebreos 7:9. Nueve versículos en total. En los versículos de los Evangelios, diezmo o diezmar se emplea en relación con lo que los fariseos estaban haciendo para cumplir con sus obligaciones de la ley mosaica. En los textos en el libro de Hebreos diezmo o diezmar se emplea para probar la inferioridad del sacerdocio levítico con respecto al sacerdocio de Melquisedec.
Por el hecho que Leví pagó diezmos en Abraham a Melquisedec, cuando Abraham se encontró con Melquisedec, esto demuestra la superioridad reconocida de Melquisedec y de su sacerdocio. Estos textos bíblicos no llegan a decir, como a veces se implica, que los cristianos debemos, en consecuencia, pagar diezmos a Cristo nuestro Sumo Sacerdote. No hay duda de que el diezmo formaba parte de la ley mosaica, según Levítico 27:30-33. Esto era un factor importante de la economía de Israel. Sin embargo, la ley nunca se dio para los gentiles y se anuló expresamente para los cristianos, según Romanos 2:14, según 2 Corintios 3:7-13, y según Hebreos 7:11-12.
Tampoco son para los cristianos las palabras que se encuentran en Malaquías 3 porque ¿Qué cristiano se jacta de ser hijo de Jacob a quien se dirige el pasaje según el versículo 6? Además nunca se promete para el día de hoy bendiciones materiales como recompensa automática por la fidelidad en cualquier aspecto de la vida cristiana, ni incluso en el dar. Lo que Dios promete son bendiciones espirituales, según Efesios 1:3 y la provisión de las necesidades materiales según Filipenses 4:19. El que uno prospere materialmente no es necesariamente señal de profunda santidad y de fiel diezmar, igualmente, de modo contrario, la pobreza no es indicación de estar fuera de la voluntad de Dios, por ejemplo el propio caso de Pablo en Filipenses 4:12. Se puede preguntar, no obstante, si, toda vez que el diezmar se practicaba antes de la ley, no deja sin importancia todo lo que hemos dicho anteriormente y deja el diezmar como principio adecuado a seguir al ofrendar.
Ya que Abraham y Jacob diezmaban los dos, y ya que sus acciones eran anteriores a la ley, ¿no elimina esto el aspecto legal de diezmar y lo hace principio válido para seguir en nuestros días? La contestación sería afirmativa, de no existir otras normas para el ofrendar en el Nuevo Testamento. Si el Nuevo Testamento guardara silencio en este asunto, entonces, desde luego, buscaríamos guía en la Biblia donde quiera que pudiéramos encontrarla.
Pero como el Nuevo Testamento nos da principios claros para regir nuestra forma de dar, no hay necesidad de volver atrás a dos ejemplos aislados en el Antiguo Testamento para tal guía. El hecho de que algo se hiciera antes de la ley que más tarde se incorporó en la ley no hace que eso sea necesariamente una práctica a seguir para nuestros días, en especial si el Nuevo Testamento nos ofrece mayor claridad en la norma a seguir hoy. Ni siquiera el más ardoroso diezmador diría que hoy tenemos que guardar el séptimo día como día de repos, porque esto se observaba antes de la ley.
Sin embargo, esa es la razón que se aduce hoy para diezmar. El Nuevo Testamento nos enseña acerca de un nuevo día para la adoración y también nos enseña nuevas normas para el dar. El diezmar hoy siguiendo el ejemplo de quienes lo hicieron antes de la ley significaría que solamente el 10% de los ingresos irían para el Señor y solamente en ciertas ocasiones. El diezmar sobre la base de la enseñanza de la ley significaría que deberíamos entregar al Señor como el 23 por ciento como pago de lo que se le debe. Pero el dar sobre la base del Nuevo Testamento podría significar cualquier porcentaje, en reconocimiento de que el 100% le pertenece a Él. La obra del Señor nunca carecerá de apoyo si practicamos los principios del Nuevo Testamento sobre el dar.
El dar proporcionado no significa que hemos de empezar dando el diezmo y luego hacer lo que más podamos cuando podamos. El dar proporcionado consiste en dar según Dios le haya prosperado. Si alguien considerara después de orar, que la proporción para él sería el 10%, yo le aconsejo que dé el 9 o el 11% para salir del surco del 10%.
La persona que da el 9 o el 11% se encontrará más sensible al cambio que quiere el Señor en su proporción que si da fijamente el 10%. Cada creyente debe a Dios el 100% de lo que es y de lo que posee. La cuestión, pues, no es solamente cuánto se debe entregar al Señor, sino también cuánto debo gastar para mí mismo. Sólo el dar proporcionado puede proveer la contestación correcta en este asunto para cualquier etapa de la vida. Nosotros damos porque Él nos dio, no porque nos lo mandó; damos porque queremos, no porque tenemos que dar; damos porque le amamos a Él y mostramos nuestro amor más concretamente de esta manera.
Si, a su vez, el Señor nos bendice materialmente, le alabamos; y si no, todavía le alabamos. Esto es dar de gracia, y esta es la prueba de nuestro amor por Dios. Hasta aquí amable oyente, la cita de este reconocido maestro bíblico con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Simplemente haré énfasis en el hecho que si bien la iglesia no está en obligación de diezmar al estilo de lo que se hacía antes de la ley de Moisés, ni tampoco al estilo de lo que instruye la ley que Dios dio a Israel por medio de Moisés, sin embargo, la iglesia tiene un enorme privilegio, el privilegio de ofrendar, no de diezmar.
Si bajo el pacto antiguo el pueblo de Israel tenía que dar al Señor al menos el 23% por obligación, ¿Cómo podemos pensar que nosotros, la iglesia, estando bajo un mejor pacto, el nuevo pacto, podemos dar menos que eso por amor? Si realmente tomáramos conciencia de lo maravilloso que es lo que Dios ha hecho con nosotros al darnos a su Hijo unigénito el Señor Jesucristo para que muera por nosotros, no deberíamos estar debatiendo en cuanto a si debemos o no dar al Señor el 10% de lo que el Señor mismo nos ha dado, sino que deberíamos motivarnos a darnos todo al Señor, la vida, el tiempo, los talentos, los dones, y los bienes que Él nos ha encomendado para que los administremos.
Me temo mucho que la razón para que muchas iglesias obliguen a los cristianos a diezmar, no necesariamente es para satisfacer la codicia de ganancias deshonestas de los líderes, sino para contrarrestar la tendencia carnal de los creyentes de ser mezquinos en lo que dan al Señor. No estoy justificando la práctica de obligar a los creyentes a diezmar. La Biblia es clara cuando afirma que cuando damos al Señor debemos hacerlo con alegría, no por obligación o por necesidad y sobre todo con generosidad. ¿Cuánto? La Biblia es clara: Como hayamos propuesto en nuestro corazón y conforme hayamos sido prosperados.
Si quiere leer y escuchar este estudio bíblico, entra aquí:
labibliadice.org