Una de las grandes herejías que la iglesia ha tolerado durante el siglo XX es la herejía del arrebatamiento parcial de los cristianos.
Herejía que enseña que algunos cristianos se quedaran en la tribulación, esta mentira monstruosa ha sido aceptada y se ha propagado al amparo del falso evangelio jesuita introducido por Jacobo Arminio que enseña que alguien que ha sido llamado por Dios, adoptado como hijo, sellado por el Espíritu Santo, regenerado y justificado, podría eventualmente ser abandonado por El Espíritu Santo y finalmente condenado.
Y precisamente la herejía que enseña que algunos cristianos se quedaran en la tribulación es un derivado de ese falso evangelio jesuita, QUE EN ESENCIA SE TRATA DE UNA SALVACIÓN QUE NO DESCANSA EN LO QUE CRISTO HA CONSUMADO EN SU SACRIFICIO PROPICIATORIO SINO EN LAS OBRAS, La implicancia de tal creencia, es que la justificación no es solo por fe sino por obras, y eso es precisamente lo que ha sido establecido EN EL CONCILIO ROMANISTA DE TRENTO, donde se declaró maldito a todo aquel que enseñe que el hombre es justificado solo por la fe y no por las obras.
Conclusión; no existe tal cosa como arrebatamiento parcial de los cristianos, quienes se queden en la tribulación es porque sencillamente no eran cristianos.
Herejía que enseña que algunos cristianos se quedaran en la tribulación, esta mentira monstruosa ha sido aceptada y se ha propagado al amparo del falso evangelio jesuita introducido por Jacobo Arminio que enseña que alguien que ha sido llamado por Dios, adoptado como hijo, sellado por el Espíritu Santo, regenerado y justificado, podría eventualmente ser abandonado por El Espíritu Santo y finalmente condenado.
Y precisamente la herejía que enseña que algunos cristianos se quedaran en la tribulación es un derivado de ese falso evangelio jesuita, QUE EN ESENCIA SE TRATA DE UNA SALVACIÓN QUE NO DESCANSA EN LO QUE CRISTO HA CONSUMADO EN SU SACRIFICIO PROPICIATORIO SINO EN LAS OBRAS, La implicancia de tal creencia, es que la justificación no es solo por fe sino por obras, y eso es precisamente lo que ha sido establecido EN EL CONCILIO ROMANISTA DE TRENTO, donde se declaró maldito a todo aquel que enseñe que el hombre es justificado solo por la fe y no por las obras.
Conclusión; no existe tal cosa como arrebatamiento parcial de los cristianos, quienes se queden en la tribulación es porque sencillamente no eran cristianos.