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Estoy Llena de Problemas, Parte 2

Nuestra mente es perezosa, le cuesta lo nuevo y por eso queremos resolver las cosas como lo hacíamos antes o como nuestros padres.
Muchas mujeres están aferradas a lo aprendido porque antes les dio resultados pero no siempre es así, Dios quiere mostrar otra solución. ¡No seas necia! ¡No seas odre viejo! No te encasilles, aceptá las nuevas soluciones de Dios.
Hay mujeres que no quieren los cambios tienen miedo a lo nuevo porque creen que no tienen capacidad y defienden la vieja manera de hacer las cosas.


Dios tiene un recurso nuevo y mejor para tu vida. ¡Abrite!

Si tus problemas son raros es porque tenés una vida extrema, con problemas extremos.
Si tus problemas son extraordinarios es porque vivís una vida extraordinaria.
Si tu vida es loca, tus problemas serán locos.
Si es una vida llena de fe, de energía, de cosas nuevas, tus problemas serán igual.

Dios te dará la capacidad para resolver.
Rodeá a tu problema: adelante fe, atrás bendición y te mantendrás en esperanza. delante palabra de fe, atrás viene la bendición y sobre el problema está parado Jesucristo.

Según tu declaración, cosecharás.

Doris Machin observó que, estando en un país de Europa, los argentinos residentes allí adoran con dificultad y se debe a que cuando se establecieron en el lugar, maldijeron la tierra añorando Argentina, y declaraban: “Por qué no puedo estar en mi país”, “Qué hago en este maldito país.”

Y, como maldijeron la tierra, la tierra les devolvió maldición, por eso no pueden estar nunca contentos.

Cuando tengas un problema pensá: “Detrás hay una gran bendición para mi vida.”
Declará: “Este problema traerá más gloria de Dios; lo atravesaré en victoria porque Dios me está mostrando una bendición y los que me rodean verán la victoria”, “Me gozo, río y alegro porque la solución está viniendo a mi vida”.

Alégrate, reí.

La mujer de Proverbios se reía de “lo por venir”.
Cuando lo rodees el problema se ahogará, no será más tu señor sino tu esclavo, lo vencerás y disfrutarás de la victoria. Dios te dará la solución tarde o temprano.

Celebrá por adelantado, tomá la decisión de ser feliz.

No digas: “Voy a ser feliz cuando se termine mi problema”, porque no es así, detrás de un problema siempre vendrá otro y entonces nunca vas a ser feliz. ¡Gozate!

Dios te dice: “Este es el día, lo hice para que te alegres”

El pueblo de Israel en el desierto debía tomar el maná cada día y no guardarlo porque se pudría.
“El día que sea feliz disfrutaré de eso”, “Cuando termine esta situación me pondré la pilas”, “Seré feliz cuando pase esto o aquello”. Nunca ocurrirá, eso es guardar.

¡Alégrate! Sos parte de algo grande, porque lo que haces es parte de una visión preciosa que disfrutarás y dejarás como herencia a tus hijos, tus nietos y los hijos de tus nietos.
Disfrutá, hoy. Sé feliz hoy y no mañana porque dará olor feo.

Dice Isaías: “Olviden las cosas de antaño, ya no vivan en el pasado, voy a hacerlas todas nuevas, y ya está sucediendo ¿no se dan cuenta?”

Dios ya está actuando sobre lo que le hablaste, está trayendo la solución, será una cosa distinta, nueva.
Cambiá la manera de pensar, de proceder, los recursos de antes, porque dice el Señor:
Abro camino en el desierto y ríos en la soledad. Hago brotar agua en el desierto, ríos en los lugares desolados para dar de beber a mi pueblo escogido, al pueblo que formé para mí mismo, y proclame mi alabanza.

Pasaje clave: Lucas 8:11-15.
Por Alejandra Stamateas

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