4. ÁMALOS INCONDICIONALMENTE. Con amor que no depende de lo que hace, sino de quién es él; amor que le da valor como persona, independientemente de su éxito o fracaso en las cosas que intenta. Eso no quiere decir que vas a aceptar todo su comportamiento, hay cosas que tienen que ser disciplinadas; pero acéptalos tal y como son y gózate con las habilidades que Dios les ha dado. Reconoce que todos tenemos fuerza en ciertas áreas y debilidad en otras, y no compares sus debilidades con las fuerzas de otro, sobre todo con sus hermanos.
5. BRINDA DISCIPLINA SEGURA. Es necesario que los hijos sepan muy bien cuáles son las reglas del hogar, qué cosas pueden hacer, cuáles no y cuál será la consecuencia de hacerlo. Tiene que haber una disciplina segura. La falta de orden y estructura es la causa principal del suicidio; los hijos deben tener reglas estables y constantes. El amor sin disciplina va a crear hijos egoístas e inmaduros, duros y amargados. Disciplina voluble va a crear hijos temerosos e inseguros que no saben qué esperar, pero amor con disciplina firme va a crear hijos seguros, estables, maduros. Al disciplinar debemos considerar lo que dice el libro de Santiago: debemos ser prontos para oír y tardos para hablar, tardo para airarse o enojarse. Pueden existir razones y motivos que nosotros no hemos visto y al escucharles posiblemente no será necesaria la disciplina. Pronto para escuchar y luego decidir con la ayuda de Dios qué disciplina será necesaria.
6. SUÉLTALOS. El Doctor Dobson dice lo siguiente: “Queremos levantarnos como escudo y proteger a nuestros hijos del dolor de la vida, tenerlos en la seguridad de nuestro brazo, pero hay tiempos en que los tenemos que dejar luchar. Los niños no pueden crecer sin riesgos, los bebés no pueden caminar sin caerse al principio; los estudiantes no pueden aprender sin enfrentar dificultades y un adolescente no puede llegar a ser un joven adulto hasta que lo soltemos”. Tiene que ir soltando poco a poco. Si no hay un riesgo, los hijos nunca aprenderán la responsabilidad. El Salmo 127:3 nos dice: “ He aquí herencia de Jehová son los hijos cosa de estima el fruto del vientre “ y luego el versículo 4 dice: “ como saetas en mano del valiente así son los hijos habidos en la juventud “; al lanzar una flecha de un arco el momento más crítico es el momento en el que sueltas la flecha, si la detienes de más o la sueltas antes, se va chueca o no va a salir con fuerza, tienes que soltarla de una manera limpia para que esa flecha pueda volar al máximo de su potencial.
5. BRINDA DISCIPLINA SEGURA. Es necesario que los hijos sepan muy bien cuáles son las reglas del hogar, qué cosas pueden hacer, cuáles no y cuál será la consecuencia de hacerlo. Tiene que haber una disciplina segura. La falta de orden y estructura es la causa principal del suicidio; los hijos deben tener reglas estables y constantes. El amor sin disciplina va a crear hijos egoístas e inmaduros, duros y amargados. Disciplina voluble va a crear hijos temerosos e inseguros que no saben qué esperar, pero amor con disciplina firme va a crear hijos seguros, estables, maduros. Al disciplinar debemos considerar lo que dice el libro de Santiago: debemos ser prontos para oír y tardos para hablar, tardo para airarse o enojarse. Pueden existir razones y motivos que nosotros no hemos visto y al escucharles posiblemente no será necesaria la disciplina. Pronto para escuchar y luego decidir con la ayuda de Dios qué disciplina será necesaria.
6. SUÉLTALOS. El Doctor Dobson dice lo siguiente: “Queremos levantarnos como escudo y proteger a nuestros hijos del dolor de la vida, tenerlos en la seguridad de nuestro brazo, pero hay tiempos en que los tenemos que dejar luchar. Los niños no pueden crecer sin riesgos, los bebés no pueden caminar sin caerse al principio; los estudiantes no pueden aprender sin enfrentar dificultades y un adolescente no puede llegar a ser un joven adulto hasta que lo soltemos”. Tiene que ir soltando poco a poco. Si no hay un riesgo, los hijos nunca aprenderán la responsabilidad. El Salmo 127:3 nos dice: “ He aquí herencia de Jehová son los hijos cosa de estima el fruto del vientre “ y luego el versículo 4 dice: “ como saetas en mano del valiente así son los hijos habidos en la juventud “; al lanzar una flecha de un arco el momento más crítico es el momento en el que sueltas la flecha, si la detienes de más o la sueltas antes, se va chueca o no va a salir con fuerza, tienes que soltarla de una manera limpia para que esa flecha pueda volar al máximo de su potencial.