“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, Prov.23:7
Día a día luchamos con nuestra mente, con nuestros pensamientos; la mayoría tenemos pensamientos de dudas, de críticas hacia nosotros mismos, de condenación, de inseguridad, de falta de aceptación, entre otros. Esos pensamientos hacen que te conviertas en lo que piensas. Hay una historia que es aplicable a los pensamientos: Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía: “Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.” El nieto preguntó:” Abuelo, dime ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?” El abuelo contestó:”Aquel que yo alimente”
Así mismo funciona con la mente, de ella sale lo malo y lo bueno, todo es cuestión de pensamientos. Jesús en una oportunidad dijo: “Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona” (Marcos 7:21-23).
Tú y yo podemos elegir la clase de pensamientos que queremos tener. Si tú vives pensando de manera negativa, terminarás siendo la persona que no quieres. Tus decisiones marcan tu destino. El pensamiento negativo destruye tus sueños, trae ruina y miseria; en cambio, un pensamiento positivo te ayuda a construir tus sueños y te da la paz y el gozo que tú buscas. Para salir de los pensamientos negativos necesitas tomar algunas decisiones en tu vida. Hazte las preguntas:
¿Los programas de TV que veo me edifican? ¿Los libros o periódicos que leo contribuyen a mi crecimiento? ¿Evito escuchar la queja, el chisme, la crítica, la murmuración de otras personas? ¿Evito andar con pesimistas y malas compañías?
Cada una de estas preguntas se refiere a las amenazas externas, ya que parte de nuestro negativismo proviene del medio ambiente que nos rodea. Pero, no es sólo el medio ambiente el que te puede afectar, sino que tú eres tu mayor enemigo. Tus pensamientos son: “nadie me ama”, “ni yo mismo me soporto”, “Dios se cansó de mi”, “la vida es injusta conmigo”, “no sirvo para nada”, entre otros. ¿Piensas que tu pasado es igual que tu futuro? o ¿Piensas que tu futuro es mejor que tu pasado? ¿Piensas que tus fracasos y decepciones van a continuar? o ¿Piensas que victorias y logros están por comenzar? Todo es cuestión del pensamiento, y mis pensamientos generan actitudes y mis actitudes crean acciones. Para cambiar de pensamientos necesito aprender a guardar mi corazón y a enfocarme en lo que es bueno, puro y agradable. “Cualquier hecho que estemos enfrentando no tiene tanta importancia como nuestra actitud hacia él. La actitud es la que determina el éxito o el fracaso. La manera en que usted piensa puede derrotarlo antes de poder hacer algo al respecto.” Norman Vincent Peale
Hoy es un buen día para comenzar a entrenar tu mente con pensamientos positivos; te invito a que te tomes 10 minutos para escribir todos los pensamientos que Dios tiene para ti y comiences a llenar tu mente de sus afirmaciones.
Día a día luchamos con nuestra mente, con nuestros pensamientos; la mayoría tenemos pensamientos de dudas, de críticas hacia nosotros mismos, de condenación, de inseguridad, de falta de aceptación, entre otros. Esos pensamientos hacen que te conviertas en lo que piensas. Hay una historia que es aplicable a los pensamientos: Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía: “Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.” El nieto preguntó:” Abuelo, dime ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?” El abuelo contestó:”Aquel que yo alimente”
Así mismo funciona con la mente, de ella sale lo malo y lo bueno, todo es cuestión de pensamientos. Jesús en una oportunidad dijo: “Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona” (Marcos 7:21-23).
Tú y yo podemos elegir la clase de pensamientos que queremos tener. Si tú vives pensando de manera negativa, terminarás siendo la persona que no quieres. Tus decisiones marcan tu destino. El pensamiento negativo destruye tus sueños, trae ruina y miseria; en cambio, un pensamiento positivo te ayuda a construir tus sueños y te da la paz y el gozo que tú buscas. Para salir de los pensamientos negativos necesitas tomar algunas decisiones en tu vida. Hazte las preguntas:
¿Los programas de TV que veo me edifican? ¿Los libros o periódicos que leo contribuyen a mi crecimiento? ¿Evito escuchar la queja, el chisme, la crítica, la murmuración de otras personas? ¿Evito andar con pesimistas y malas compañías?
Cada una de estas preguntas se refiere a las amenazas externas, ya que parte de nuestro negativismo proviene del medio ambiente que nos rodea. Pero, no es sólo el medio ambiente el que te puede afectar, sino que tú eres tu mayor enemigo. Tus pensamientos son: “nadie me ama”, “ni yo mismo me soporto”, “Dios se cansó de mi”, “la vida es injusta conmigo”, “no sirvo para nada”, entre otros. ¿Piensas que tu pasado es igual que tu futuro? o ¿Piensas que tu futuro es mejor que tu pasado? ¿Piensas que tus fracasos y decepciones van a continuar? o ¿Piensas que victorias y logros están por comenzar? Todo es cuestión del pensamiento, y mis pensamientos generan actitudes y mis actitudes crean acciones. Para cambiar de pensamientos necesito aprender a guardar mi corazón y a enfocarme en lo que es bueno, puro y agradable. “Cualquier hecho que estemos enfrentando no tiene tanta importancia como nuestra actitud hacia él. La actitud es la que determina el éxito o el fracaso. La manera en que usted piensa puede derrotarlo antes de poder hacer algo al respecto.” Norman Vincent Peale
Hoy es un buen día para comenzar a entrenar tu mente con pensamientos positivos; te invito a que te tomes 10 minutos para escribir todos los pensamientos que Dios tiene para ti y comiences a llenar tu mente de sus afirmaciones.