“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia…”, Deut. 30:19
Imaginemos a dos personas que caminan una al lado de la otra, encaminados en la misma dirección. Una avanza al éxito mientras que a la otra la cubre el fracaso y la frustración. Ellos no saben que existen fuerzas que determinan el rumbo de sus vidas, y que esas fuerzas pueden venir de generaciones anteriores. La Biblia las llama Bendiciones o Maldiciones. Una maldición es como un brazo largo que se extiende desde el pasado impidiendo nuestra libertad, haciéndonos tropezar constantemente. Después de un tiempo de constantes frustraciones te das cuenta de que es un patrón. Algunas maldiciones pueden ser el resultado de acciones a lo largo de nuestra vida. Muchas personas aceptan las bendiciones como válidas, pero son escépticos ante las maldiciones. No podemos aceptar uno solo de dos conceptos opuestos y considerar al otro como inaceptable. Por ejemplo: lo opuesto a caliente es frío y ambos son reales; lo opuesto a amor es odio y ambos son reales también.
La palabra bendecir o bendición aparece alrededor de 410 veces en la Biblia. La palabra maldición, en varias formas, aparece 230 veces. Una maldición puede ser una barrera para recibir las bendiciones. Ambas pertenecen al plano invisible, espiritual, y tienen dos características que les son comunes:
a) Sus efectos rara vez se limitan al individuo; pueden extenderse a tribus, comunidades o naciones
b) Una vez que se les da rienda suelta, tienden a continuar de generación a generación hasta que algo suceda que cancele sus efectos
El principal vehículo (no el único) para ambas son las “palabras”, que pueden haber sido pronunciadas, escritas o formadas al interior, “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”, Prov. 18:21. Proverbios 26:2 nos muestra que hay una razón para cada maldición:
a) Una maldición no puede entrar en efecto a menos que exista una causa
b) Lo opuesto, donde quiera que esté una maldición, hay una causa para ello
Deuteronomio 28 revela la causa principal de bendiciones y maldiciones:
• V. 1 y 2 muestran las causas de las bendiciones: escuchar la voz de Dios (implica tener una relación íntima con Él) y hacer lo que Él dice (obediencia)
• V. 15 muestra la causa principal de todas las maldiciones: NO oír la voz de Dios y NO hacer lo que Él dice (rebelión)
Sin FE y OBEDIENCIA no hay BENDICIÓN. La INCREDULIDAD y la DESOBEDIENCIA provocan el juicio de Dios. ¡TÚ ELIGES!
Imaginemos a dos personas que caminan una al lado de la otra, encaminados en la misma dirección. Una avanza al éxito mientras que a la otra la cubre el fracaso y la frustración. Ellos no saben que existen fuerzas que determinan el rumbo de sus vidas, y que esas fuerzas pueden venir de generaciones anteriores. La Biblia las llama Bendiciones o Maldiciones. Una maldición es como un brazo largo que se extiende desde el pasado impidiendo nuestra libertad, haciéndonos tropezar constantemente. Después de un tiempo de constantes frustraciones te das cuenta de que es un patrón. Algunas maldiciones pueden ser el resultado de acciones a lo largo de nuestra vida. Muchas personas aceptan las bendiciones como válidas, pero son escépticos ante las maldiciones. No podemos aceptar uno solo de dos conceptos opuestos y considerar al otro como inaceptable. Por ejemplo: lo opuesto a caliente es frío y ambos son reales; lo opuesto a amor es odio y ambos son reales también.
La palabra bendecir o bendición aparece alrededor de 410 veces en la Biblia. La palabra maldición, en varias formas, aparece 230 veces. Una maldición puede ser una barrera para recibir las bendiciones. Ambas pertenecen al plano invisible, espiritual, y tienen dos características que les son comunes:
a) Sus efectos rara vez se limitan al individuo; pueden extenderse a tribus, comunidades o naciones
b) Una vez que se les da rienda suelta, tienden a continuar de generación a generación hasta que algo suceda que cancele sus efectos
El principal vehículo (no el único) para ambas son las “palabras”, que pueden haber sido pronunciadas, escritas o formadas al interior, “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”, Prov. 18:21. Proverbios 26:2 nos muestra que hay una razón para cada maldición:
a) Una maldición no puede entrar en efecto a menos que exista una causa
b) Lo opuesto, donde quiera que esté una maldición, hay una causa para ello
Deuteronomio 28 revela la causa principal de bendiciones y maldiciones:
• V. 1 y 2 muestran las causas de las bendiciones: escuchar la voz de Dios (implica tener una relación íntima con Él) y hacer lo que Él dice (obediencia)
• V. 15 muestra la causa principal de todas las maldiciones: NO oír la voz de Dios y NO hacer lo que Él dice (rebelión)
Sin FE y OBEDIENCIA no hay BENDICIÓN. La INCREDULIDAD y la DESOBEDIENCIA provocan el juicio de Dios. ¡TÚ ELIGES!