Ir al contenido principal

Crisis ¿Se termina el maná?


Cuando la Naturaleza y el libre albedrío que se nos ha dado caminan por separado surgen tiempos de crisis.

Inmersos estamos en un mundo que forma parte del cosmos, todo regido por leyes inmutables, las cuales, el paso del tiempo y las diferentes sociedades creadas "encima" del mundo, han ido obviando completamente este hecho. Aún así, la evolución sigue, sólo que con la salvedad de que nos corresponde (porque así lo elegimos) aprender a través del dolor y del sufrimiento, de la incertidumbre y la incipiente inseguridad que amanece temprano...

A mi modo de ver, las crisis, pueden no ser designio perentorio de nada, si las actitudes demuestran y evidencian con hechos que atisban la necesidad de cambio, entendiendo que a mayor profundidad de crisis, es necesaria mayor profundidad de cambio; pues las crisis nos "invitan" a virar el rumbo, a cambiar el paso, a desmitificar algunas o muchas cosas, y, en definitiva, a volver a encontrar el espacio y tiempo acompasado a lo natural... Sin embargo, ante las crisis del orden que sean, solemos incrementar la fricción, batiendo las alas con desespero, e imaginando desde el pesimismo psicológico que las puertas carenciales están cerca. Intentamos por todos los medios volver a ese estado criticado muchas veces, pero que ofrecía una seguridad a nuestra persona en el ámbito laboral por ejemplo...

Me pregunto si sirve de algo vivir la complacencia cuando algo placentero nos acompaña, y vivir la discordia y pesimismo cuando esa forma de vida se tuerce, bien sea una relación o cualquier circunstancia de la vida que amanece como crisis.
Quizás ambas situaciones, aunque dispares, han ido unidas todo el tiempo. Quizás nos hemos vendido muchas veces para mantener viva una situación que debería haber cambiado, y la cobardía o la falta de costumbre a volar, no nos ha permitido abrir los ojos. Quizás el ver para creer necesitamos ver tan de cerca que, lo que ayer era una película, hoy se vive en las propias carnes.

Y todo ello ¿es culpa de alguien? Seguramente la misma culpa tiene quien hace que quien deja hacer, y en este caso, no solo la casa está por barrer, sino que necesita un replanteamiento serio desde los cimientos; y las crisis pueden ser el fin de un campo de cosecha o el inicio de una nueva semilla. Pero ésta no debe ser creada por unos pocos denominados "democráticamente", pues conciencia tenemos todos, así como obligación más allá de lo moral de abrir los ojos y prestar atención verdadera a nuestro interior... ¿qué nos dice? ¿Acaso la rebeldía sea sólo porque nuestra mente quiere lo que considera suyo a pesar de los pesares? ¿Somos conscientes de cuántas humanidades han existido y desaparecido por ellas mismas?

Cada jinete debe llevar su corcel como cada capitán su barco, y como cada palo que mantenga su vela; pero esto no lo hacemos así, porque delegamos muchas responsabilidades y olvidamos la sencillez ética de la vida, disfrazando ésta con múltiples "formas autorizadas de vivir" y nos permitimos subidas que sabemos que serán bajadas, llegando incluso a ser escarnio de nosotros mismos, justamente por no tratar de ser también almas...

Quizás más que esperar ningún maná, sea buena idea ya mismo, descubrir el propio y desde ahí empezar de verdad, y lo que al principio pudieran parecer pasos de inicio, pronto nos encontraríamos con la verdadera edad que tenemos, y el eterno camino que falta, pero esta vez lleno de auroras resplandecientes...


Emig


Blogalaxia Tags:
Etiquetas: , , , , , , ,

Entradas populares de este blog

«Sumergidos en Su presencia»

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”, Rom. 8:6 Para poder vivir una vida sobrenatural debemos mantenernos sumergidos en Su presencia. Pero si analizamos nuestra vida y nos ponemos a ver nuestra rutina de trabajo, nuestras deudas, las luchas diarias, ¿es esto vivir sumergidos en su presencia? ¿Por qué? Se nos olvida que como creyentes tenemos algo de mayor significado que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer: ¡las riquezas de la gloria de Dios en esta vida y en la futura! Si logramos comprender esto, NUNCA volveremos a ser los mismos. La llave para vivir la vida sobrenatural es la FE. Actuar por fe es el único camino a la vida sobrenatural (Romanos 5:1 y 2; Hebreos 11:6). Todos tenemos una fe natural; es la fe que mostramos en las cosas ordinarias que hacemos. La fe natural es necesaria para vivir la vida física; pero la Biblia habla de la fe espiritual como “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, (Hebr...

¿Qué tanto conocemos a Dios?

“Así dijo Jehová : no se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jer. 9:23 y 24. Te has preguntado alguna vez, ¿Cuánto conozco verdaderamente a Dios? Generalmente todos queremos alcanzar nuestras metas, hacer tal o cual cosa, pero lo primero en nuestra vida debe ser conocer a Dios profundamente. Cuando conocemos a Dios podemos desarrollar nuestros dones y talentos positivamente. Si lo que hacemos no proviene de Él, entonces no tiene sentido. Recordemos que nuestra vida va más allá de todo lo natural que hacemos; todo lo que hagamos tiene implicación también en el mundo espiritual. Por tanto, nuestras vidas deben estar más apegadas a lo espiritual que a lo terrenal. Nuestra prioridad debe estar en tener y disfrutar de la presenci...

Reflexiones Cristianas - La Peor Ceguera de una Persona

Nosotros pensamos que la ceguera y la sordera espiritual son solamente del hombre impío. Pero la peor ceguera y sordera es la nuestra, la de quienes tenemos ojos para ver y oídos para oír, cuando volvemos la espalda al Espíritu Santo (Heb. 3:7-8). Nacimos de nuevo para ver el reino de Dios, y nacimos del Espíritu para entrar en este reino (Juan 3:3-5). Nuestros ojos fueron abiertos para ver a Cristo y su reino en nosotros, porque fuimos hechos por Él un reino y sacerdotes para Dios (Ap. 1:6). Pero, como aconteció con aquel ciego de Betsaida, nosotros, al principio, no percibimos claramente las cosas de Dios (Mr. 8:22-25). Los ojos de nuestro entendimiento aún deben ser abiertos que veamos más allá de nuestra redención (Ef. 1:18-19). Por eso es necesario que el milagro continúe, para que podamos ver totalmente. Necesitamos volvernos fructíferos en el conocimiento de Cristo. Para esto tenemos que añadir a nuestra fe la virtud. La fe sin obras es muerta, pero la fe operante, la fe que...