Ir al contenido principal

“La Fe”


“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”, Mar. 11:23

Una definición de fe la encontramos en el libro de Hebreos: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (11:1). Todos tenemos una medida de fe que utilizamos en la vida diaria. Por ejemplo, tenemos fe para la salvación a pesar de que nunca hemos visto a Jesús clavado en la cruz, muriendo por nuestros pecados. Tenemos fe cuando vamos al supermercado y tomamos una lata con elotes; ninguno de nosotros necesita abrir la lata ahí en la tienda para comprobar que verdaderamente contiene elotes, simplemente creemos lo que dice la etiqueta. Pero para relacionarnos con Dios necesitamos un grado mayor de fe. En el evangelio de Mateo (13:31 y 32) Jesucristo usó dos objetos para ilustrar la fe: el grano de mostaza y el árbol de Sicómoro. Jesús menciona que el grano de mostaza es la más pequeña de las semillas, casi imperceptible; pero esta pequeña semilla cuando crece se convierte en un árbol tan grande como el Sicómoro, en el cual las aves pueden hacer sus nidos. Veamos algunas de las características del Sicómoro:
• Es un árbol silvestre que crece fácilmente en cualquier lugar
• No se encuentra en nuestro país, ya que crece en Oriente; en México y E. U. existe una variedad de él
• Este tipo de árbol abundaba en Israel, por eso los judíos no le hacían caso
• Los judíos no lo usaban para nada, preferían la vid y el olivo, porque su madera es muy dura. Eran los egipcios los que los usaban en carpintería
• Es un árbol muy resistente a climas y suelos diversos
• Crece muy rápido
• Su promedio de vida es aproximadamente de 100 años
• Alcanza una altura de 30 metros
• El diámetro de la copa de las ramas llega a los 18 metros
• Tiene raíces gruesas y profundas
• Son tolerantes a los problemas de contaminación y a la sequía
Así debe ser nuestra fe: no importa que sea pequeña, debemos creerle a Dios. Una vez que la semilla de la fe empieza a crecer puede llegar a convertirse en un Sicómoro. Pero para que la fe crezca existen algunos requisitos:
1- La fe no puede ir en contra de la perfecta voluntad de Dios: Dios no cumple caprichos; la fe debe estar alineada a su voluntad.
2- La fe no puede estar en contra de la Palabra de Dios: no podemos orar por cosas que no van de acuerdo a ella y creer que las vamos a tener. Ejemplo, algunos oran: “Señor, permíteme vengarme de mi enemigo”. Esto va en contra de su Palabra y por lo tanto no proviene de una fe aceptable a Dios, porque Dios no se contradice a sí mismo.

Entradas populares de este blog

«Sumergidos en Su presencia»

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”, Rom. 8:6 Para poder vivir una vida sobrenatural debemos mantenernos sumergidos en Su presencia. Pero si analizamos nuestra vida y nos ponemos a ver nuestra rutina de trabajo, nuestras deudas, las luchas diarias, ¿es esto vivir sumergidos en su presencia? ¿Por qué? Se nos olvida que como creyentes tenemos algo de mayor significado que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer: ¡las riquezas de la gloria de Dios en esta vida y en la futura! Si logramos comprender esto, NUNCA volveremos a ser los mismos. La llave para vivir la vida sobrenatural es la FE. Actuar por fe es el único camino a la vida sobrenatural (Romanos 5:1 y 2; Hebreos 11:6). Todos tenemos una fe natural; es la fe que mostramos en las cosas ordinarias que hacemos. La fe natural es necesaria para vivir la vida física; pero la Biblia habla de la fe espiritual como “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, (Hebr...

¿Qué tanto conocemos a Dios?

“Así dijo Jehová : no se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jer. 9:23 y 24. Te has preguntado alguna vez, ¿Cuánto conozco verdaderamente a Dios? Generalmente todos queremos alcanzar nuestras metas, hacer tal o cual cosa, pero lo primero en nuestra vida debe ser conocer a Dios profundamente. Cuando conocemos a Dios podemos desarrollar nuestros dones y talentos positivamente. Si lo que hacemos no proviene de Él, entonces no tiene sentido. Recordemos que nuestra vida va más allá de todo lo natural que hacemos; todo lo que hagamos tiene implicación también en el mundo espiritual. Por tanto, nuestras vidas deben estar más apegadas a lo espiritual que a lo terrenal. Nuestra prioridad debe estar en tener y disfrutar de la presenci...

Reflexiones Cristianas - La Peor Ceguera de una Persona

Nosotros pensamos que la ceguera y la sordera espiritual son solamente del hombre impío. Pero la peor ceguera y sordera es la nuestra, la de quienes tenemos ojos para ver y oídos para oír, cuando volvemos la espalda al Espíritu Santo (Heb. 3:7-8). Nacimos de nuevo para ver el reino de Dios, y nacimos del Espíritu para entrar en este reino (Juan 3:3-5). Nuestros ojos fueron abiertos para ver a Cristo y su reino en nosotros, porque fuimos hechos por Él un reino y sacerdotes para Dios (Ap. 1:6). Pero, como aconteció con aquel ciego de Betsaida, nosotros, al principio, no percibimos claramente las cosas de Dios (Mr. 8:22-25). Los ojos de nuestro entendimiento aún deben ser abiertos que veamos más allá de nuestra redención (Ef. 1:18-19). Por eso es necesario que el milagro continúe, para que podamos ver totalmente. Necesitamos volvernos fructíferos en el conocimiento de Cristo. Para esto tenemos que añadir a nuestra fe la virtud. La fe sin obras es muerta, pero la fe operante, la fe que...