MELANCÓLICO
• Su perfeccionismo lleva consigo la desventaja del negativismo, pesimismo y un espíritu de crítica; todo el que haya trabajado con un melancólico puede anticipar que su primera reacción ante todo será negativa y pesimista. Su influencia más dañina es la crítica. Mientras que los coléricos son difíciles de complacer, los melancólicos son imposibles de satisfacer
• En lugar de alabar a sus esposas y alentarlas, las critican, las censuran y vituperan. Generalmente se encuentran muy poco satisfechos consigo mismos
• Todo en la vida es interpretado en relación consigo mismo; tienden a compararse con otros en apariencia, talento e intelecto. Continuamente evalúan su vida espiritual y siempre salen deficientes para sus propias normas, lo que les impide gozar de la confianza ante Dios. Encuentran difícil creer que están aprobados por Dios debido básicamente a que apenas si pueden aprobarse a sí mismos. Su egocentrismo y su sensible naturaleza hace del melancólico un supersensible y susceptible
• Una de sus características más prominentes tiene que ver con sus giros de humor; en algunas ocasiones están alegres que actúan como sanguíneos, pero en otras tan deprimido que se sienten con ganas de deslizarse por debajo de la puerta en lugar de abrirla
• Es huraño, irritable, infeliz y totalmente imposible de complacer. Este humor lo hace vulnerable a la depresión. Es propenso a ser rígido, implacable e intransigente hasta el extremo de lo irrazonable. Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como él; en consecuencia, encuentran difícil jugar en un equipo y son solitarios en el mundo de los negocios
• Es un idealista, propenso a ser poco práctico y muy teórico. Siente inclinación por la auto contemplación y el auto examen; se somete a una exigente disección de sí mismo hasta hacerse una auto crítica desafortunada y perjudicial. Pueden transformarse fácilmente en hipocondríacos
• Tienen la tendencia a sentirse ofendidos o insultados con toda facilidad; son propensos a ser desconfiados hasta incluso caer en una manía de persecución
• No se conforma sino con lo mejor; cualquier ínfimo error lo mira a través del perfeccionismo, y en lugar de ver todo lo bueno, ve amplificado lo malo. Menosprecia a la gente que no está a la altura de sus normas perfeccionistas
• Ninguno como el melancólico para los cambios de humor; frecuentemente está triste, deprimido y atravesando un periodo de gran desesperación. Es propenso a ser vengativo; se le hace muy difícil perdonar una afrenta o un insulto
• Su mayor debilidad es que existen muy pocos melancólicos “término medio”: es dominado por sus debilidades y se hunde por debajo del nivel de los demás, tornándose en un neurótico, desconsolado e hipocondríaco que ni disfruta ni es disfrutado por los demás. Sus principales necesidades: amor, gozo, paz, benignidad, fe y templanza
• Su perfeccionismo lleva consigo la desventaja del negativismo, pesimismo y un espíritu de crítica; todo el que haya trabajado con un melancólico puede anticipar que su primera reacción ante todo será negativa y pesimista. Su influencia más dañina es la crítica. Mientras que los coléricos son difíciles de complacer, los melancólicos son imposibles de satisfacer
• En lugar de alabar a sus esposas y alentarlas, las critican, las censuran y vituperan. Generalmente se encuentran muy poco satisfechos consigo mismos
• Todo en la vida es interpretado en relación consigo mismo; tienden a compararse con otros en apariencia, talento e intelecto. Continuamente evalúan su vida espiritual y siempre salen deficientes para sus propias normas, lo que les impide gozar de la confianza ante Dios. Encuentran difícil creer que están aprobados por Dios debido básicamente a que apenas si pueden aprobarse a sí mismos. Su egocentrismo y su sensible naturaleza hace del melancólico un supersensible y susceptible
• Una de sus características más prominentes tiene que ver con sus giros de humor; en algunas ocasiones están alegres que actúan como sanguíneos, pero en otras tan deprimido que se sienten con ganas de deslizarse por debajo de la puerta en lugar de abrirla
• Es huraño, irritable, infeliz y totalmente imposible de complacer. Este humor lo hace vulnerable a la depresión. Es propenso a ser rígido, implacable e intransigente hasta el extremo de lo irrazonable. Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como él; en consecuencia, encuentran difícil jugar en un equipo y son solitarios en el mundo de los negocios
• Es un idealista, propenso a ser poco práctico y muy teórico. Siente inclinación por la auto contemplación y el auto examen; se somete a una exigente disección de sí mismo hasta hacerse una auto crítica desafortunada y perjudicial. Pueden transformarse fácilmente en hipocondríacos
• Tienen la tendencia a sentirse ofendidos o insultados con toda facilidad; son propensos a ser desconfiados hasta incluso caer en una manía de persecución
• No se conforma sino con lo mejor; cualquier ínfimo error lo mira a través del perfeccionismo, y en lugar de ver todo lo bueno, ve amplificado lo malo. Menosprecia a la gente que no está a la altura de sus normas perfeccionistas
• Ninguno como el melancólico para los cambios de humor; frecuentemente está triste, deprimido y atravesando un periodo de gran desesperación. Es propenso a ser vengativo; se le hace muy difícil perdonar una afrenta o un insulto
• Su mayor debilidad es que existen muy pocos melancólicos “término medio”: es dominado por sus debilidades y se hunde por debajo del nivel de los demás, tornándose en un neurótico, desconsolado e hipocondríaco que ni disfruta ni es disfrutado por los demás. Sus principales necesidades: amor, gozo, paz, benignidad, fe y templanza