Solo cuando pasa el tiempo y miramos atrás, observamos desde esta conciencia presente lo que no podíamos ver en ese pasado porque estábamos ciegos. Entonces, piensas que mejor es en cada presente mirar hacia adelante y ser uno con el horizonte, pues así, haces lo que eres al tiempo que imaginas lo que serás...
El instante se torna mágico visto así, y los sentidos aquietados dejan salir el susurro silente del alma, cual hálito es punto de luz en el camino, que imprime una perspectiva sin lastre, y el esfuerzo altruista se ve recompensado con la sonrisa que nadie ve; este nuevo semblante parece salido de los últimos destellos de la escuela pitagórica de Alejandría y de Atenas, tras el sabor de los Versos Áureos de Pitágoras, leídos por Hierocles...
Habrá que mirar para ver ¿verdad? Y qué mejor espacio que el horizonte, siempre interminable confín, quizás alegoría de la eterna presencia que también somos. Dijo Buda que: "Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley..."
Pero para llegar a lo alto de la colina y seguir subiendo, hay que andar sin nada que pese; con lo cual, deberemos aprender a caminar, observar, vivir... sin recoger de nada ni nadie salvo lo necesario; sin dejarse inbuir por los sentidos que regenta la mente, y sí por las olas que mueven el corazón. Éste late cerca del alma; conoce los ritmos del propio sentido y abraza lo que nuestros ojos no saben reconocer. Mas para esto hace falta silencio...
...Y surgen retazos de verdadera sinfonía al cerrar los ojos, dejando de ver lo visible para adentrarse en el profundo misterio de lo invisible. El acercamiento hacia uno mismo es el más sublime sendero de la verdad. Pero tanta responsabilidad asumimos al coger como al dejar; y tanto temor a lo desconocido del horizonte, llamado perdido cuando así también estamos.
Es fuerza pagana el querer cambiar, cuando sin quererlo podemos hacerlo, siempre y cuando aceptemos el reto de lo que somos: parte de la Naturaleza. Siendo uno con ella, desaparece el aprendiz de brujo y surge el Hada, y nos descubre lo cercano del horizonte, cual presente de un día cualquiera.
También dijo Buda: "Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas".
Feliz verano :)
Emig
El instante se torna mágico visto así, y los sentidos aquietados dejan salir el susurro silente del alma, cual hálito es punto de luz en el camino, que imprime una perspectiva sin lastre, y el esfuerzo altruista se ve recompensado con la sonrisa que nadie ve; este nuevo semblante parece salido de los últimos destellos de la escuela pitagórica de Alejandría y de Atenas, tras el sabor de los Versos Áureos de Pitágoras, leídos por Hierocles...
Habrá que mirar para ver ¿verdad? Y qué mejor espacio que el horizonte, siempre interminable confín, quizás alegoría de la eterna presencia que también somos. Dijo Buda que: "Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley..."
Pero para llegar a lo alto de la colina y seguir subiendo, hay que andar sin nada que pese; con lo cual, deberemos aprender a caminar, observar, vivir... sin recoger de nada ni nadie salvo lo necesario; sin dejarse inbuir por los sentidos que regenta la mente, y sí por las olas que mueven el corazón. Éste late cerca del alma; conoce los ritmos del propio sentido y abraza lo que nuestros ojos no saben reconocer. Mas para esto hace falta silencio...
...Y surgen retazos de verdadera sinfonía al cerrar los ojos, dejando de ver lo visible para adentrarse en el profundo misterio de lo invisible. El acercamiento hacia uno mismo es el más sublime sendero de la verdad. Pero tanta responsabilidad asumimos al coger como al dejar; y tanto temor a lo desconocido del horizonte, llamado perdido cuando así también estamos.
Es fuerza pagana el querer cambiar, cuando sin quererlo podemos hacerlo, siempre y cuando aceptemos el reto de lo que somos: parte de la Naturaleza. Siendo uno con ella, desaparece el aprendiz de brujo y surge el Hada, y nos descubre lo cercano del horizonte, cual presente de un día cualquiera.
También dijo Buda: "Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas".
Feliz verano :)
Emig
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