El pecado complica la existencia, pero la vida en Cristo nos permite cosechar frutos de bendición. Decídete por lo bueno y justo.
No nos engañemos para justificar nuestros errores. Los alcohólicos dicen que solamente se tomarán un traguito, pero saben que no es cierto. Cuando las mujeres van al centro comercial se engañan solitas y compran lo que ven y les gusta. El apóstol Pablo pide que no nos engañemos. Mucho de lo que has vivido es producto de tus propios engaños, solito te vendiste la idea de cometer ese pecado, te justificaste muy bien y metiste la pata. Pablo le dijo a Timoteo “cuídate de ti mismo”.
Dios no puede ser burlado o engañado. Hay personas que sí creen consciente o inconscientemente que pueden burlarse de Dios aún cuando la probabilidad es nula. Evadir la ley de la siembra y la cosecha es una forma de querer burlarse de Dios. Es un problema querer tener sin dar o intentar cosechar sin sembrar. Todo lo que siembres, cosecharás. La Escritura dice que no nos cansemos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos. Si has hecho bien a tu gente, a tu país, empleados, ovejas y familia, no te preocupes, porque la cosecha llegará.
Es muy difícil ayudar a las personas porque se resisten. En la iglesia lo intentamos constantemente pero es como tratar de curar a un animalito, le quitamos la espina de una pata y con la otra nos patean. Los que no ayudan piensan que es fácil, pero se equivocan. Quienes ayudamos sabemos que esta Escritura es muy cierta porque es cansado estar pendiente de las personas, pero debemos ser constantes. No te desesperes, aguanta porque te lo garantizo, Dios no puede ser burlado. Soy positivo aunque esta ley generalmente se aplica de forma negativa. Si pierdes un examen te dicen “ya ves, siembras lo que cosechas” pero lo mismo deberían decir cuando te ganas una medalla de campeón.
Sigue haciendo el bien porque la respuesta vendrá.
Los que instruimos en la Palabra tenemos derecho a cosas buenas. Es también ley de siembra y cosecha. Quienes hablan mal de los hombres de Dios no conocen las Escrituras. Se critica a los pastores cuando son bendecidos pero no se dice nada de la Palabra, unción, cansancio, desvelo y dedicación que damos.
Ley de siembra y cosecha
1 Corintios 9:11 cuestiona: Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
Esta ley es tan poderosa que conecta el mundo material con el espiritual. Pablo le decía a su gente que cada uno separara para Dios cada semana, según le haya prosperado. Esperaba tuvieran de la Palabra predicada porque lo material sale del mundo espiritual. Dios dijo a través de Jesús: “No pueden servir a Dios y a las riquezas porque amarán a uno y aborrecerán al otro, más buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia y todas estas cosas le serán dadas”. Así que lo material y espiritual está conectado.
Antes de entregar tu vida al Señor y te enfermabas, todos te decía que seguro te estaban haciendo brujería, te había “enfrascado”. ¿Ves que conectan lo físico con lo espiritual? Entonces, hacías todo lo que te aconsejaban: encendías candelas rojas y negras, ponías ocote y limón en cruz, incluso usabas la ropa interior al revés, todo con tal de obtener una respuesta. Lo que te faltaba descubrir era que ningún marido regresa con una mujer que usa la ropa al revés. Ahora te causa gracias porque sabes que el nombre de Jesús es más poderoso que toda la brujería junta. Nuestro mundo material se conecta con el mundo espiritual de Dios. Si no fuera así, no tendrías fe para creer que la oración, que es espiritual, puede sanarte y hacer desaparecer un tumor, que es material. La ley de la siembra y la cosecha es la más poderosa de interconexión entre esos dos mundos.
La vida eterna es una cosecha. La ley de la siembra y la cosecha es un círculo que conecta el mundo material con el espiritual y el mundo temporal con el eterno. Al sembrar para la carne, eternamente cosechas muerte y corrupción. Al sembrar en el espíritu, eternamente cosechas vida eterna. Aprende a utilizar y aplicar esta ley.
La santidad no es complicada
La Palabra habla de pensamientos que nos llevan a caminos y destinos. Pensar es ocupar la mente en algo. El que piensa en las cosas de la carne se ocupa en de ellas y cosecha corrupción y muerte. El que piensa en las cosas Espíritu, se ocupa en esas cosas y cosecha paz y vida eterna.
Continua... Ver parte 2
Gálatas 6:7 advierte: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará…
No nos engañemos para justificar nuestros errores. Los alcohólicos dicen que solamente se tomarán un traguito, pero saben que no es cierto. Cuando las mujeres van al centro comercial se engañan solitas y compran lo que ven y les gusta. El apóstol Pablo pide que no nos engañemos. Mucho de lo que has vivido es producto de tus propios engaños, solito te vendiste la idea de cometer ese pecado, te justificaste muy bien y metiste la pata. Pablo le dijo a Timoteo “cuídate de ti mismo”.
Dios no puede ser burlado o engañado. Hay personas que sí creen consciente o inconscientemente que pueden burlarse de Dios aún cuando la probabilidad es nula. Evadir la ley de la siembra y la cosecha es una forma de querer burlarse de Dios. Es un problema querer tener sin dar o intentar cosechar sin sembrar. Todo lo que siembres, cosecharás. La Escritura dice que no nos cansemos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos. Si has hecho bien a tu gente, a tu país, empleados, ovejas y familia, no te preocupes, porque la cosecha llegará.
Es muy difícil ayudar a las personas porque se resisten. En la iglesia lo intentamos constantemente pero es como tratar de curar a un animalito, le quitamos la espina de una pata y con la otra nos patean. Los que no ayudan piensan que es fácil, pero se equivocan. Quienes ayudamos sabemos que esta Escritura es muy cierta porque es cansado estar pendiente de las personas, pero debemos ser constantes. No te desesperes, aguanta porque te lo garantizo, Dios no puede ser burlado. Soy positivo aunque esta ley generalmente se aplica de forma negativa. Si pierdes un examen te dicen “ya ves, siembras lo que cosechas” pero lo mismo deberían decir cuando te ganas una medalla de campeón.
Sigue haciendo el bien porque la respuesta vendrá.
Gálatas 6:6 habla sobre quienes comparten la palabra: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
Los que instruimos en la Palabra tenemos derecho a cosas buenas. Es también ley de siembra y cosecha. Quienes hablan mal de los hombres de Dios no conocen las Escrituras. Se critica a los pastores cuando son bendecidos pero no se dice nada de la Palabra, unción, cansancio, desvelo y dedicación que damos.
Ley de siembra y cosecha
1 Corintios 9:11 cuestiona: Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
Esta ley es tan poderosa que conecta el mundo material con el espiritual. Pablo le decía a su gente que cada uno separara para Dios cada semana, según le haya prosperado. Esperaba tuvieran de la Palabra predicada porque lo material sale del mundo espiritual. Dios dijo a través de Jesús: “No pueden servir a Dios y a las riquezas porque amarán a uno y aborrecerán al otro, más buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia y todas estas cosas le serán dadas”. Así que lo material y espiritual está conectado.
Antes de entregar tu vida al Señor y te enfermabas, todos te decía que seguro te estaban haciendo brujería, te había “enfrascado”. ¿Ves que conectan lo físico con lo espiritual? Entonces, hacías todo lo que te aconsejaban: encendías candelas rojas y negras, ponías ocote y limón en cruz, incluso usabas la ropa interior al revés, todo con tal de obtener una respuesta. Lo que te faltaba descubrir era que ningún marido regresa con una mujer que usa la ropa al revés. Ahora te causa gracias porque sabes que el nombre de Jesús es más poderoso que toda la brujería junta. Nuestro mundo material se conecta con el mundo espiritual de Dios. Si no fuera así, no tendrías fe para creer que la oración, que es espiritual, puede sanarte y hacer desaparecer un tumor, que es material. La ley de la siembra y la cosecha es la más poderosa de interconexión entre esos dos mundos.
Gálatas 6:8 explica sobre la siembra: Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
La vida eterna es una cosecha. La ley de la siembra y la cosecha es un círculo que conecta el mundo material con el espiritual y el mundo temporal con el eterno. Al sembrar para la carne, eternamente cosechas muerte y corrupción. Al sembrar en el espíritu, eternamente cosechas vida eterna. Aprende a utilizar y aplicar esta ley.
La santidad no es complicada
Romanos 8:5-8 recuerda: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
La Palabra habla de pensamientos que nos llevan a caminos y destinos. Pensar es ocupar la mente en algo. El que piensa en las cosas de la carne se ocupa en de ellas y cosecha corrupción y muerte. El que piensa en las cosas Espíritu, se ocupa en esas cosas y cosecha paz y vida eterna.
Continua... Ver parte 2