“Dijo el señor al siervo: ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”, Luc. 14:23
En los cuatro evangelios notamos que Jesucristo habló por parábolas. La parábola es una forma de narrar algo sin que sea necesariamente historia o un hecho pasado. Puede llegar a suceder, no es fantasía, pero no es tampoco un hecho pasado o un caso que ya haya sucedido.
En el pasaje de Lucas 14:16 – 24, vemos la parábola de la Gran Cena. En ella hay dos enseñanzas:
1- Primaria o profética: Cristo se refiere a los profetas que fueron invitados a caminar y vivir con Dios. Los judíos no le recibieron (Juan 1:11 y 12). Se cierra la puerta a ellos y se abre al resto del mundo.
2- Práctica o espiritual: (v. 16), la gran cena es la Palabra de Dios y la salvación eterna. En la Biblia se le llama pan a la Palabra de Dios.
Imaginemos ahora una cena con todo tipo de comida. El señor convidó a “muchos” (nos hace ver la magnitud del amor de Dios para todos los hombres).
Verso 17: el siervo representa a los que predican la Palabra y hacen la invitación de venir a Cristo constantemente.
Verso 18: vemos la respuesta de los primeros que fueron invitados, ¿Quién compra algo sin verlo primero? ¿Quién va de noche a ver algo que compró? Era una excusa. Lo mismo sucede cuando hoy en día se le habla de Jesús a la gente.
Verso 19: ¿Quién compra una yunta de bueyes sin haberla probado? O ¿Quién la prueba de noche? Otra excusa.
Verso 20: el hombre pudo haber tenido otra noche de luna de miel otro día. Otra excusa.
Verso 21: entonces, cuando los primeros rechazaron la invitación, el padre de familia pidió al siervo que invitara a todo tipo de persona (imperfectos físicamente) a la cena (la salvación). En forma primaria, la salvación que los judíos rechazaron fue dada a nosotros los gentiles. En forma práctica, todo tipo de gente (imperfectos emocionales, intelectuales o espirituales) tiene acceso a esa cena y aun con insistencia (verso 23).
Dios ha preparado una gran salvación; ya está completamente hecha o lista. Cristo lo confirmó en la cruz cuando dijo: “Consumado es”.