Ir al contenido principal

Reflexiones Diarias - ¿Como Oír la Voz de Dios?

Reflexiones Diarias - ¿Como Oír la Voz de Dios?
Prestadme atención, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá una ley, y estableceré mi justicia para luz de los pueblos. — Isaías 51:4

Realmente no nos beneficia mucho que Dios nos diga cómo llegar a un lugar de bendición, si no ponemos atención o si no hacemos lo que Él dice.
Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz e hicieron peor que sus padres. — Jeremías 7:26

Pero definitivamente la desobediencia nos roba la bendición que Dios tiene destinada para nosotros. Al desobedecerlo, perdemos nuestro derecho a disfrutar fragmentos del escenario diseñado cuidadosamente por Él para nuestras vidas. Y nuestra rebeldía contra Sus caminos definitivamente provoca que “perdamos” algunas recompensas en nuestras vidas, exactamente como nos perdernos de ver algo de interés cuando un guía de turistas nos dice que miremos a la izquierda y nosotros elegimos mirar al otro lado.

Como hemos aprendido antes, ha sido muy poco lo que nuestra cultura nos ha enseñado acerca de las cosas de Dios. Esto es especialmente cierto cuando se trata del concepto de la obediencia.

Con demasiada rapidez elaboramos en nuestra mente una imagen de obediencia que se parece a un recluta infeliz, dando un saludo militar con rigidez y disponiéndose a cumplir sus obligaciones cristianas. O pensamos en un sirviente hostigado que debe añadir otra tarea imposible a su horario ya sobresaturado.

Peor que eso, quizá algunas veces sentimos que la obediencia significa hacer cosas sólo porque tenemos que hacerlas, sólo porque Dios dice que las hagamos, como si hubiera diseñado un curso de obstáculos lleno de actividades que “tienes que” realizar, para ver quién está realmente comprometido con Su causa.

Nada podría estar más lejos de la verdad. Aunque la obediencia generalmente involucra hacer algo como resultado de lo que escuchas, su significado básico, el corazón de la obediencia, sencillamente es escuchar y poner atención a lo que Dios te dice. Ese es el significado de la palabra obedecer: escuchar atenta y cuidadosamente para que realmente oigas lo que fue dicho.”

Ahora, aquí está la pregunta más importante acerca de la obediencia, y dependiendo de cómo interpretas el favor y el amor de Dios hacia ti, y Su compromiso total con tu bienestar y gozo, tu corazón contestará casi instintivamente: ¿Tenemos que obedecer al Señor o tenemos la oportunidad de obedecerlo? ¿Debemos escucharlo o podemos escucharlo?

Jesús dice que “de la abundancia del corazón [el nuestro] habla la boca” (Lucas 6:45). Puesto que el corazón de Dios está completamente lleno de amor y afecto por nosotros, lo que Él nos dice en Su Palabra por medio de Su Espíritu, es una expresión de ese amor. Él nos dice lo que nos dice porque quiere precisamente lo mejor para nosotros.

Es por eso que Hoy me siento motivado a prestarle atención mayor a Dios.
Señor, Tu captas mi atención y quiero oírte con mi corazón abierto. Amén.
Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute tu Diario Vivir.

Entradas populares de este blog

«Sumergidos en Su presencia»

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”, Rom. 8:6 Para poder vivir una vida sobrenatural debemos mantenernos sumergidos en Su presencia. Pero si analizamos nuestra vida y nos ponemos a ver nuestra rutina de trabajo, nuestras deudas, las luchas diarias, ¿es esto vivir sumergidos en su presencia? ¿Por qué? Se nos olvida que como creyentes tenemos algo de mayor significado que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer: ¡las riquezas de la gloria de Dios en esta vida y en la futura! Si logramos comprender esto, NUNCA volveremos a ser los mismos. La llave para vivir la vida sobrenatural es la FE. Actuar por fe es el único camino a la vida sobrenatural (Romanos 5:1 y 2; Hebreos 11:6). Todos tenemos una fe natural; es la fe que mostramos en las cosas ordinarias que hacemos. La fe natural es necesaria para vivir la vida física; pero la Biblia habla de la fe espiritual como “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, (Hebr...

«Corazones agradables a Dios» 1

“…a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza”, Hech. 7:35   Tener la revelación de Dios en nuestra vida es sumamente importante. La falta de vocación y la ausencia de revelación , son los principales problemas para la plena realización de cualquier disciplina o trabajo. La vocación es una especie de iluminación interna . Dios nos ha dado una vocación para desarrollar algo en especial; algunos de una manera, otros de otra. El que no tiene vocación para una disciplina no tendrá éxito en lo que emprenda, sea en lo humano o en lo espiritual. No sólo la vocación y la revelación son importantes, también es necesaria la preparación . La Biblia habla de grandes hombres de fe que tuvieron éxito en sus vidas. Así, nosotros no lograremos el éxito si en primer lugar no somos los hombres o las mujeres para esa determinada función que estemos realizando. ¿Desde cuándo anhelamos el éxito? ¿Lo hemos alcanzado? Tenemos que retomar primero la i...

“El hombre del estanque”

“… ¿Quieres ser sano?”, Juan 5:6   El estanque de Betesda quedaba por el mercado de las ovejas; la explicación probable al movimiento del agua que ahí tenía lugar es que por debajo del mismo había una corriente de agua que de vez en cuando se agitaba y movía las aguas. La tradición judía atribuía a un ángel el que las aguas se agitaran y que la primera persona que entrara al estanque después de la agitación de las aguas, quedaría curada de cualquier enfermedad. Para el hombre de la historia (Juan 5:1 – 18) , era poco probable que por su enfermedad alguna vez llegara a ser el primero en entrar al estanque después de que se hubieran agitado las aguas. Además, no tenía a nadie que lo ayudara a entrar. Jesús no dio a este hombre una conferencia acerca de la superstición de esperar hasta que se agitaran las aguas. El único deseo de Jesús era sanarlo. Por otro lado, la larga enfermedad del hombre era un rasgo sobresaliente y significativo: treinta y ocho años de enfermedad indicaba desesper...