En cierta ocasión; “Jesús llego a Jerusalén a celebrar una fiesta de los Judíos, llegando por una de las entradas de la ciudad, la cual se conocía como “la puerta de las ovejas”; cerca de allí había un estanque, llamado en Hebreo “Betesda”; que quiere decir “Pozo de consolación, o casa de misericordia”; alrededor del pozo había cinco corredores en la que se encontraban acostados en el suelo, una multitud enfermos; ciegos, cojos y paralíticos, los cuales esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que descendía primero después del movimiento, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese”.
Claro está; todo esto era una muestra de la misericordia de Dios; el cual enviaba un ángel, “no para ser adorado” sino para servir a la más grande creación de Dios; “el ser humano”. (Heb. 1:14).
Amigo entre todos estos enfermos se encontraba un hombre que por 38 años padecía una enfermedad (era paralitico); “Y cuando Jesús llego al lugar, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? A lo que él respondió: Señor: no tengo quien me meta en el estanque cuando se agitaba el agua; entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo, Jesús le dijo: “Levántate toma tu camilla, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado…” (Jn. 5:19).
Querido lector podríamos decir que esta historia simboliza el amor de Dios por sus criaturas y la condición de la raza humana; “el estanque” representa el poder de la Palabra de Dios y la acción regeneradora del Espíritu Santo; el cual no conoce imposibles; “los cinco corredores” representan; a los cinco continentes del mundo, en los cuales yacen multitudes de personas padeciendo todo tipo de enfermedades, deseando con ansias un milagro de sanidad en su vida; el hombre de esta historia lo representa a usted en su padecimiento; pues, tal vez usted ha sufrido la misma frustración que sentía este hombre de esperar, deseando ser sano por tanto tiempo sin ver resultado alguno; quizás también ha sido abandonado por los seres quien más ama; o a lo mejor, se ha convertido en una carga económica y emocional por lo que ahora usted; “le es una molestia”, ya que no puede valerse por sí mismo. Razón por la cual piensas que Dios no le ama, te sientes solo y abandonado; pero para usted en Cristo esta la solución, el continua haciendo milagros, por los cinco continentes de la tierra; su poder es eterno, “sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lam. 3:22-23); “el abre los ojos de los ciegos hacen que los sordos oigan y que los mudos canten, el hace que los cojos salten de alegría, cambiando así su lamento en baile y tristeza en gozo” (Is. 35:5-6).
El continua levantando al paralitico, el SIDA o el Cáncer no podrán con su poder, no importa el nombre de la enfermedad “Cristo tiene un nombre que es sobre todo nombre” (Filp. 2:9); ni tampoco cuan fuerte sea la enfermedad porque él es el “Todopoderoso” (Apoc. 1:8). Amigo si deseas ser sano tú también repite esta oración: Señor Jesús, declaro que tú eres el sanador por excelencia por eso vengo a ti para que obres el milagro de salvarme y sanarme. Amén.
Claro está; todo esto era una muestra de la misericordia de Dios; el cual enviaba un ángel, “no para ser adorado” sino para servir a la más grande creación de Dios; “el ser humano”. (Heb. 1:14).
Amigo entre todos estos enfermos se encontraba un hombre que por 38 años padecía una enfermedad (era paralitico); “Y cuando Jesús llego al lugar, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? A lo que él respondió: Señor: no tengo quien me meta en el estanque cuando se agitaba el agua; entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo, Jesús le dijo: “Levántate toma tu camilla, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado…” (Jn. 5:19).
Querido lector podríamos decir que esta historia simboliza el amor de Dios por sus criaturas y la condición de la raza humana; “el estanque” representa el poder de la Palabra de Dios y la acción regeneradora del Espíritu Santo; el cual no conoce imposibles; “los cinco corredores” representan; a los cinco continentes del mundo, en los cuales yacen multitudes de personas padeciendo todo tipo de enfermedades, deseando con ansias un milagro de sanidad en su vida; el hombre de esta historia lo representa a usted en su padecimiento; pues, tal vez usted ha sufrido la misma frustración que sentía este hombre de esperar, deseando ser sano por tanto tiempo sin ver resultado alguno; quizás también ha sido abandonado por los seres quien más ama; o a lo mejor, se ha convertido en una carga económica y emocional por lo que ahora usted; “le es una molestia”, ya que no puede valerse por sí mismo. Razón por la cual piensas que Dios no le ama, te sientes solo y abandonado; pero para usted en Cristo esta la solución, el continua haciendo milagros, por los cinco continentes de la tierra; su poder es eterno, “sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lam. 3:22-23); “el abre los ojos de los ciegos hacen que los sordos oigan y que los mudos canten, el hace que los cojos salten de alegría, cambiando así su lamento en baile y tristeza en gozo” (Is. 35:5-6).
El continua levantando al paralitico, el SIDA o el Cáncer no podrán con su poder, no importa el nombre de la enfermedad “Cristo tiene un nombre que es sobre todo nombre” (Filp. 2:9); ni tampoco cuan fuerte sea la enfermedad porque él es el “Todopoderoso” (Apoc. 1:8). Amigo si deseas ser sano tú también repite esta oración: Señor Jesús, declaro que tú eres el sanador por excelencia por eso vengo a ti para que obres el milagro de salvarme y sanarme. Amén.