Ir al contenido principal

La Tarjeta de un Amigo Preso

Entre la pila de correspondencia posterior a la Navidad, descubrí un tesoro:

Una tarjeta hecha a mano y pintada en cartulina reciclada.


Unas sencillas pinceladas de acuarela evocaban un paisaje invernal con colinas adornadas de pinos. En la parte inferior, enmarcado en bayas rojas de acebo, aparecía este mensaje manuscrito: ¡La paz sea contigo!

El artista era un amigo mío que estaba preso. Mientras admiraba su obra, ¡me di cuenta de que hacía dos años que no le escribía!

Hace mucho, otro prisionero fue desatendido mientras aguardaba en la cárcel. «Sólo Lucas está conmigo», le escribió el apóstol Pablo a Timoteo (2 Timoteo 4:11). «Ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon» (v. 16). Aun así, Pablo encontró ánimo incluso en la prisión, y escribió: «Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas» (v. 17). Sin duda, el apóstol experimentó la angustia del abandono.

Al dorso de esa hermosa tarjeta de Navidad, mi amigo escribió:

Que la paz, el gozo, la esperanza y el amor que trajo el nacimiento de Jesús sean contigo y los tuyos. Y firmó: Tu hermano en Cristo.

Puse la tarjeta sobre la pared para acordarme de orar por él. Después, le escribí.


Durante este nuevo año, acerquémonos a los hermanos que se sienten más solos.

¿Qué puedo hacer para alcanzar a los que se sienten solos?

Entradas populares de este blog

«Sumergidos en Su presencia»

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”, Rom. 8:6 Para poder vivir una vida sobrenatural debemos mantenernos sumergidos en Su presencia. Pero si analizamos nuestra vida y nos ponemos a ver nuestra rutina de trabajo, nuestras deudas, las luchas diarias, ¿es esto vivir sumergidos en su presencia? ¿Por qué? Se nos olvida que como creyentes tenemos algo de mayor significado que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer: ¡las riquezas de la gloria de Dios en esta vida y en la futura! Si logramos comprender esto, NUNCA volveremos a ser los mismos. La llave para vivir la vida sobrenatural es la FE. Actuar por fe es el único camino a la vida sobrenatural (Romanos 5:1 y 2; Hebreos 11:6). Todos tenemos una fe natural; es la fe que mostramos en las cosas ordinarias que hacemos. La fe natural es necesaria para vivir la vida física; pero la Biblia habla de la fe espiritual como “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, (Hebr...

«Corazones agradables a Dios» 1

“…a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza”, Hech. 7:35   Tener la revelación de Dios en nuestra vida es sumamente importante. La falta de vocación y la ausencia de revelación , son los principales problemas para la plena realización de cualquier disciplina o trabajo. La vocación es una especie de iluminación interna . Dios nos ha dado una vocación para desarrollar algo en especial; algunos de una manera, otros de otra. El que no tiene vocación para una disciplina no tendrá éxito en lo que emprenda, sea en lo humano o en lo espiritual. No sólo la vocación y la revelación son importantes, también es necesaria la preparación . La Biblia habla de grandes hombres de fe que tuvieron éxito en sus vidas. Así, nosotros no lograremos el éxito si en primer lugar no somos los hombres o las mujeres para esa determinada función que estemos realizando. ¿Desde cuándo anhelamos el éxito? ¿Lo hemos alcanzado? Tenemos que retomar primero la i...

“El hombre del estanque”

“… ¿Quieres ser sano?”, Juan 5:6   El estanque de Betesda quedaba por el mercado de las ovejas; la explicación probable al movimiento del agua que ahí tenía lugar es que por debajo del mismo había una corriente de agua que de vez en cuando se agitaba y movía las aguas. La tradición judía atribuía a un ángel el que las aguas se agitaran y que la primera persona que entrara al estanque después de la agitación de las aguas, quedaría curada de cualquier enfermedad. Para el hombre de la historia (Juan 5:1 – 18) , era poco probable que por su enfermedad alguna vez llegara a ser el primero en entrar al estanque después de que se hubieran agitado las aguas. Además, no tenía a nadie que lo ayudara a entrar. Jesús no dio a este hombre una conferencia acerca de la superstición de esperar hasta que se agitaran las aguas. El único deseo de Jesús era sanarlo. Por otro lado, la larga enfermedad del hombre era un rasgo sobresaliente y significativo: treinta y ocho años de enfermedad indicaba desesper...