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Debemos aprender

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”, Fil. 3:12

¿Por qué los hombres se aburren de ser niños y quieren crecer rápido, para después desear ser niños otra vez?
Desperdician la salud para hacer dinero y luego pierden dinero para recuperar la salud.
Piensan ansiosamente sobre el futuro, olvidando el presente y, de esta forma no ven el presente, ni el futuro.
Viven como si nunca fueran a morir y mueren como si nunca hubieran vivido.
Aprendamos que no podemos hacer que nadie nos ame. Lo que podemos hacer es dejarnos amar.
Aprendamos que lo más valioso no es lo que se tuvo en la vida, sino a quien tenemos.
Aprendamos que no es bueno compararse con otros. Todos seremos juzgados individualmente según nuestros propios méritos.
Aprendamos que una persona rica no es la que tiene más, es la que necesita menos.
Aprendamos que sólo se necesitan algunos segundos para abrir profundas heridas en las personas amadas y es necesario muchos años para curarlas.
Aprendamos a perdonar, practicando el perdón.
Aprendamos que hay personas que nos aman mucho, pero simplemente no saben cómo expresar o demostrar sus sentimientos.
Aprendamos que el dinero puede comprar todo, excepto la felicidad.
Aprendamos que dos personas pueden mirar a la misma cosa y verla diferente.
Aprendamos que un amigo verdadero es alguien que sabe todo de ti, y le gusta tal como eres.
Aprendamos que no es suficiente ser perdonado, sino perdonarnos a nosotros mismos.

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