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¿Por qué no soy feliz?

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”, Heb. 13:5

¿Qué crees tú que necesitas para ser feliz? ¿Qué cosas quisieras tener para experimentar felicidad? ¿Qué personas necesitas tener a tu lado para sentirte feliz? ¿Qué circunstancias necesitas que cambien para que seas feliz?
Hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas les fastidian y les molestan. Ellos van por el mundo corriendo desesperados como un niño que afanado persigue el arco iris; a pesar del serio esfuerzo del niño y de su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se haya más allá de donde ellos se encuentran.
Un joven decía: “Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida”. Con esa filosofía de vida algunos piensan: cuando encuentre a mi cónyuge, entonces seré feliz.
Otros que ya lo han encontrado y ya se han decepcionado, piensan: "cuando me separe, entonces seré feliz". Algunos piensan: “cuando tenga hijos seré feliz y otros, cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad”.
La vida no funciona así. Podrás tener riquezas y ser infeliz, estar rodeado de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales…pero eso no quitará de ti todos tus males.
La felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada…sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien te haga feliz…sino en aprender a dar felicidad a los que te rodean.
La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente, establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.
Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia.
La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso. No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe cómo evitarlas y, cuándo es imposible, sabe cómo curarlas. No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto…sino quien cuando éstos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede, busca ayuda inmediatamente.
Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que nos rodean y comencemos a cambiar desde nuestro interior las actitudes que nos están afectando.

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