“Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”, Luc. 6:31
Otro ejemplo de ello es Moisés, después de ser un hombre impulsivo a tal punto de matar a un egipcio, Dios lo mandó al desierto por alrededor de 40 años, para moldear de esta manera su carácter antes de poder usarlo como caudillo de Israel. Luego de ese periodo en donde Dios moldeó su carácter, la Biblia lo describe como: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. (Números 12:3)
Nuestro mal carácter muchas veces nos puede llevar a evitar que Dios nos use de la manera que Él quiere usarnos; por ello Él usará muchas veces el desierto para moldearnos, usará situaciones que harán que nuestro carácter poco a poco vaya moldeándose hasta llegar al punto perfecto que Dios necesita para usarnos en gran manera. Lo lindo de todo esto es que a pesar de que a muchos nos cuesta lidiar con nuestro mal carácter, Dios siempre está dispuesto a enseñarnos para que aprendamos de Él: “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. (Mateo 11:29)
Hoy te invito a que vayas delante del Señor y le entregues ese carácter que seguramente está evitando que las bendiciones de Dios se derramen sobre tu vida; el hecho de llevar a su taller ese carácter implica que vendrán sobre tu vida muchas situaciones en donde se pondrá a prueba tu carácter. Es allí en donde con dominio propio y con la ayuda del Señor, tu carácter se irá moldeando a tal punto de llegar a ser el que Dios quiere que sea.
Cuando Dios termine de moldear tu carácter comenzarás a ver cómo la mano de Dios se mueve a través de tu vida y cómo el reflejo suyo está más presente sobre toda tu vida.
¡Que nuestro carácter refleje el amor con el cual Dios nos ha amado!
Otro ejemplo de ello es Moisés, después de ser un hombre impulsivo a tal punto de matar a un egipcio, Dios lo mandó al desierto por alrededor de 40 años, para moldear de esta manera su carácter antes de poder usarlo como caudillo de Israel. Luego de ese periodo en donde Dios moldeó su carácter, la Biblia lo describe como: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. (Números 12:3)
Nuestro mal carácter muchas veces nos puede llevar a evitar que Dios nos use de la manera que Él quiere usarnos; por ello Él usará muchas veces el desierto para moldearnos, usará situaciones que harán que nuestro carácter poco a poco vaya moldeándose hasta llegar al punto perfecto que Dios necesita para usarnos en gran manera. Lo lindo de todo esto es que a pesar de que a muchos nos cuesta lidiar con nuestro mal carácter, Dios siempre está dispuesto a enseñarnos para que aprendamos de Él: “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. (Mateo 11:29)
Hoy te invito a que vayas delante del Señor y le entregues ese carácter que seguramente está evitando que las bendiciones de Dios se derramen sobre tu vida; el hecho de llevar a su taller ese carácter implica que vendrán sobre tu vida muchas situaciones en donde se pondrá a prueba tu carácter. Es allí en donde con dominio propio y con la ayuda del Señor, tu carácter se irá moldeando a tal punto de llegar a ser el que Dios quiere que sea.
Cuando Dios termine de moldear tu carácter comenzarás a ver cómo la mano de Dios se mueve a través de tu vida y cómo el reflejo suyo está más presente sobre toda tu vida.
¡Que nuestro carácter refleje el amor con el cual Dios nos ha amado!