Para cerrar este mes, deseo compartirles este pensamiento que llegó a mis manos. Seguramente se identificarán con estas palabras, como me pasó a mí. Cobren ánimo, pues, que hay esperanza para el tiempo de la angustia.
Hay momentos en los que me siento sola, sin fuerzas para seguir mi camino,
la desesperación invade mi vida y hace que dude de estar haciendo lo correcto.
Mi alma está triste y angustiada por no saber lo que me espera adelante,
por no entender si he tomado decisiones correctas conforme a tu voluntad,
y que no han sido producto de mis emociones.
Quisiera regresar el tiempo para reparar lo que halla hecho mal,
pero sé que no estoy actuando con sabiduría.
Sé que no está bien dar lugar a estos pensamientos, trato de luchar con ellos y alejarlos de mi mente pero la batalla se intensifica.
Trato de buscar refugio, pero no encuentro uno que sea seguro.
Estando en esta lucha, pensamientos vienen a mí y me hacen recordar tu llamado,
me dices que mi vida está es tus manos, que tú siempre tienes el control.
Cuando vengo a ti, tú me oyes y librarás mi alma de toda aflicción y angustia.
Me recuerdas que siempre habrá personas que intentarán desviarme del camino,
que en vez de ofrecer palabras de aliento hablarán palabras de mentira
para hacer desfallecer mi espíritu.
Entiendo que tú pruebas mi fe, para moldear mi vida como el alfarero moldea el barro; me haces entender que todo tiene un propósito y que debo prepararme para enfrentar los obstáculos que se crucen en mi camino y poder alcanzar tu bendición.
Se que nos has olvidado las peticiones de mi corazón y que a tu tiempo me darás lo que es mejor. Tu Espíritu de amor envuelve mi vida y llena mi ser de una paz sobrenatural.
Porque tu palabra me dice: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré. Le pondré en alto por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé, con él estaré yo en la angustia. Lo libraré y le glorificaré, lo Saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación, Salmos 91:14
Hay momentos en los que me siento sola, sin fuerzas para seguir mi camino,
la desesperación invade mi vida y hace que dude de estar haciendo lo correcto.
Mi alma está triste y angustiada por no saber lo que me espera adelante,
por no entender si he tomado decisiones correctas conforme a tu voluntad,
y que no han sido producto de mis emociones.
Quisiera regresar el tiempo para reparar lo que halla hecho mal,
pero sé que no estoy actuando con sabiduría.
Sé que no está bien dar lugar a estos pensamientos, trato de luchar con ellos y alejarlos de mi mente pero la batalla se intensifica.
Trato de buscar refugio, pero no encuentro uno que sea seguro.
Estando en esta lucha, pensamientos vienen a mí y me hacen recordar tu llamado,
me dices que mi vida está es tus manos, que tú siempre tienes el control.
Cuando vengo a ti, tú me oyes y librarás mi alma de toda aflicción y angustia.
Me recuerdas que siempre habrá personas que intentarán desviarme del camino,
que en vez de ofrecer palabras de aliento hablarán palabras de mentira
para hacer desfallecer mi espíritu.
Entiendo que tú pruebas mi fe, para moldear mi vida como el alfarero moldea el barro; me haces entender que todo tiene un propósito y que debo prepararme para enfrentar los obstáculos que se crucen en mi camino y poder alcanzar tu bendición.
Se que nos has olvidado las peticiones de mi corazón y que a tu tiempo me darás lo que es mejor. Tu Espíritu de amor envuelve mi vida y llena mi ser de una paz sobrenatural.
Porque tu palabra me dice: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré. Le pondré en alto por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé, con él estaré yo en la angustia. Lo libraré y le glorificaré, lo Saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación, Salmos 91:14