“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…tiempo de llorar, y tiempo de reír…”, Ecl. 3:1 y 4
El momento que ahora estamos viviendo no será eterno, pasará de la misma manera en que el reloj deja pasar las horas. Dios tiene un tiempo marcado para cada uno de nosotros; un tiempo específico y cronometrado en el que Él se glorificará en nuestras vidas. Ese momento será especial y hermoso, con nuevos aires de libertad. Será tanta la felicidad que inundará nuestro ser, que el rostro nos delatará. Abriremos nuestra boca, publicaremos y testificaremos las grandes obras que ha hecho Dios… y que seguirá haciendo.
Es esperanzador y reconfortante saber que Dios no se olvida de las promesas que nos ha hecho; saber que no se duerme, que Él nos guarda. Nada hay que pueda detenerlo de lo que Él ha determinado hacer. Porque cuando nos dice que Él abrirá puertas y removerá piedras, no hay quien impida Su paso.
Por eso, debemos estar tranquilos y confiados; porque una de las características de Dios es su predominante fidelidad. No te desesperes, si Él ha dicho algo sobre tu vida lo cumplirá. Sólo espera, porque en Su tiempo descenderá su gloria cual nunca antes sobre tu vida. Entonces, no te cansarás de sonreír y agradecer, porque sabrás que ha llegado tu momento.
El momento que ahora estamos viviendo no será eterno, pasará de la misma manera en que el reloj deja pasar las horas. Dios tiene un tiempo marcado para cada uno de nosotros; un tiempo específico y cronometrado en el que Él se glorificará en nuestras vidas. Ese momento será especial y hermoso, con nuevos aires de libertad. Será tanta la felicidad que inundará nuestro ser, que el rostro nos delatará. Abriremos nuestra boca, publicaremos y testificaremos las grandes obras que ha hecho Dios… y que seguirá haciendo.
Es esperanzador y reconfortante saber que Dios no se olvida de las promesas que nos ha hecho; saber que no se duerme, que Él nos guarda. Nada hay que pueda detenerlo de lo que Él ha determinado hacer. Porque cuando nos dice que Él abrirá puertas y removerá piedras, no hay quien impida Su paso.
Por eso, debemos estar tranquilos y confiados; porque una de las características de Dios es su predominante fidelidad. No te desesperes, si Él ha dicho algo sobre tu vida lo cumplirá. Sólo espera, porque en Su tiempo descenderá su gloria cual nunca antes sobre tu vida. Entonces, no te cansarás de sonreír y agradecer, porque sabrás que ha llegado tu momento.