El Señor está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. Sofonías 3:17.
¡Magnífica palabra! ¡Dios en medio de su pueblo con toda la majestad de su poder! Su presencia es suficiente para inundarnos de paz y de esperanza. En nuestro Dios se ocultan tesoros de infinito poder; Él mora en su Iglesia; por tanto, su pueblo puede prorrumpir en cantos de alegría.
No sólo gozamos de su presencia, sino que Él está de continuo ocupado en el trabajo de nuestra salvación: «Él salvará». Siempre está salvando; tal es el significado del nombre de Jesús. No temamos ningún peligro, porque poderoso es para salvar. Más aún, siempre permanece el mismo: ama, persevera en el amor, y no dejará de amar.
En este amor se goza y encuentra materia para cantar a su amada. Esto es admirable. Después de haber acabado la creación, no cantó, sino que dijo «que todo era bueno»; pero, llevada a cabo la redención, la Trinidad gloriosa sintió tanto gozo, que no podía ser expresado sino por un cántico triunfal. ¡Piensa en esto, y llénate de asombro! Jesús canta un himno nupcial por su Esposa querida.
De ella hace el objeto de su amor, de su gozo, de su descanso y de sus cánticos.
Hoy…me gozaré en su presencia.
¡Oh, Señor Jesús, por tu infinito amor, enséñanos a amarte, a regocijarnos en ti y cantarte nuestro salmo de alabanza! Amén.
Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del Banco De La Fe.
¡Magnífica palabra! ¡Dios en medio de su pueblo con toda la majestad de su poder! Su presencia es suficiente para inundarnos de paz y de esperanza. En nuestro Dios se ocultan tesoros de infinito poder; Él mora en su Iglesia; por tanto, su pueblo puede prorrumpir en cantos de alegría.
No sólo gozamos de su presencia, sino que Él está de continuo ocupado en el trabajo de nuestra salvación: «Él salvará». Siempre está salvando; tal es el significado del nombre de Jesús. No temamos ningún peligro, porque poderoso es para salvar. Más aún, siempre permanece el mismo: ama, persevera en el amor, y no dejará de amar.
En este amor se goza y encuentra materia para cantar a su amada. Esto es admirable. Después de haber acabado la creación, no cantó, sino que dijo «que todo era bueno»; pero, llevada a cabo la redención, la Trinidad gloriosa sintió tanto gozo, que no podía ser expresado sino por un cántico triunfal. ¡Piensa en esto, y llénate de asombro! Jesús canta un himno nupcial por su Esposa querida.
De ella hace el objeto de su amor, de su gozo, de su descanso y de sus cánticos.
Hoy…me gozaré en su presencia.
¡Oh, Señor Jesús, por tu infinito amor, enséñanos a amarte, a regocijarnos en ti y cantarte nuestro salmo de alabanza! Amén.
Charles Spurgeon.
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