“Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá esta agua, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río”, Ez. 47:9
Para muchos el río significa tener visiones; para otros, es un derramamiento del Espíritu Santo (Ap. 22:1; Juan 7:38 y 39; Sal. 36:8 y 9). El río de Dios no es un lugar, cosa o experiencia. El río de Dios es la vida misma de Dios. Estar en el río es estar con Dios. Tomar del río es tomar de Dios. Sumergirse en el río es sumergirse en Dios. El río de Dios en la Biblia nos muestra algunas verdades:
1- Representa su vida y poder
2- Representa su gloria
3- Representa bendiciones
4- Representa avivamiento
5- Representa la Palabra de Dios
6- Representa limpieza y juicio
7- Representa muerte y sepultura de la naturaleza pecaminosa
Sumergirnos en el Río de Dios producirá varias cosas en nosotros:
• Nos limpiará de nuestras impurezas e iniquidades
• Nos dará frescura y vitalidad, nos VIVIFICARÁ
• Hará que contagiemos a otros y saciemos su sed
• Hará que llevemos sanidad a las naciones
• Hará que compartamos Su Palabra con poder a la gente
• Haremos milagros en Su Nombre porque el poder y la vida de Dios fluirán en nosotros y de nosotros
Para que el río fluya en nosotros y desde nosotros debemos beber CONTINUAMENTE. Tomar un sorbo no es suficiente. Juan 7:37, “venga” y “beba” son verbos imperativos: es una orden y es además una acción continua… “seguid viniendo a mí y seguid bebiendo”. Muy a menudo intentamos vivir con el maná de ayer. Efesios 5:18 dice: “sed llenos del Espíritu Santo”; significa que continuamente seamos llenos del Espíritu Santo. Podemos ser 100 % salvos, pero andar en un 30 % de poder y eficacia. Dios desea que continuemos viniendo, sigamos bebiendo y siendo llenos. ¿Para qué? Para que el Río de Dios pueda continuar fluyendo en nuestras vidas, hogares, matrimonios, iglesias.
Continúa…
Para muchos el río significa tener visiones; para otros, es un derramamiento del Espíritu Santo (Ap. 22:1; Juan 7:38 y 39; Sal. 36:8 y 9). El río de Dios no es un lugar, cosa o experiencia. El río de Dios es la vida misma de Dios. Estar en el río es estar con Dios. Tomar del río es tomar de Dios. Sumergirse en el río es sumergirse en Dios. El río de Dios en la Biblia nos muestra algunas verdades:
1- Representa su vida y poder
2- Representa su gloria
3- Representa bendiciones
4- Representa avivamiento
5- Representa la Palabra de Dios
6- Representa limpieza y juicio
7- Representa muerte y sepultura de la naturaleza pecaminosa
Sumergirnos en el Río de Dios producirá varias cosas en nosotros:
• Nos limpiará de nuestras impurezas e iniquidades
• Nos dará frescura y vitalidad, nos VIVIFICARÁ
• Hará que contagiemos a otros y saciemos su sed
• Hará que llevemos sanidad a las naciones
• Hará que compartamos Su Palabra con poder a la gente
• Haremos milagros en Su Nombre porque el poder y la vida de Dios fluirán en nosotros y de nosotros
Para que el río fluya en nosotros y desde nosotros debemos beber CONTINUAMENTE. Tomar un sorbo no es suficiente. Juan 7:37, “venga” y “beba” son verbos imperativos: es una orden y es además una acción continua… “seguid viniendo a mí y seguid bebiendo”. Muy a menudo intentamos vivir con el maná de ayer. Efesios 5:18 dice: “sed llenos del Espíritu Santo”; significa que continuamente seamos llenos del Espíritu Santo. Podemos ser 100 % salvos, pero andar en un 30 % de poder y eficacia. Dios desea que continuemos viniendo, sigamos bebiendo y siendo llenos. ¿Para qué? Para que el Río de Dios pueda continuar fluyendo en nuestras vidas, hogares, matrimonios, iglesias.
Continúa…