El predicador aprendió que todo tenía su tiempo bajo el sol, no lo aprendió en la escuela ni leyendo libros, no lo aprendió cuando era joven y exitoso, lo aprendió de la misma vida que le tocó vivir, de las esperas, de los errores, del fracaso.
Hoy, el mundo quiere vendernos sus tarjetas de crédito del éxito y la cajita feliz que todo lo satisface y muchas, muchas veces tienen buenos resultados, las gentes hacen toda una vida de esfuerzo por conseguir mantener abierta su línea de crédito de la felicidad...sin embargo, los intereses crecen y crecen y pareciera que nada de lo que hagamos es suficiente para pagar la deuda, tenemos más y más pero nunca quedamos satisfechos.
El profeta anticipaba su caracter varios siglos antes, un carácter que reflejaba el amor del Padre...tal como lo hizo tiempo atrás, hoy te dice:
"Agranda tu casa; construye una ampliación. Extiende tu hogar y no repares en gastos. Pues pronto estarás llena a rebosar; tus descendientes ocuparán otras naciones y repoblarán las ciudades en ruinas. No temas, ya no vivirás avergonzada. No tengas temor, no habrá más deshonra para ti. Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud ni las tristezas de tu viudez. Pues tu Creador será tu marido; ¡el SEñOR de los Ejércitos.
Celestiales es su nombre! Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra. Pues el SEñOR te llamó para que te libres de tu dolor, como si fueras una esposa joven abandonada por su marido —dice tu Dios.
Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recibiré de nuevo. En un estallido de enojo aparté de ti mi rostro por un poco de tiempo. Pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el SEñOR, tu Redentor"
Hoy, el mundo quiere vendernos sus tarjetas de crédito del éxito y la cajita feliz que todo lo satisface y muchas, muchas veces tienen buenos resultados, las gentes hacen toda una vida de esfuerzo por conseguir mantener abierta su línea de crédito de la felicidad...sin embargo, los intereses crecen y crecen y pareciera que nada de lo que hagamos es suficiente para pagar la deuda, tenemos más y más pero nunca quedamos satisfechos.
Jesús dijo que todos los que estaban cargados y trabajados podrían venir a él y alcanzar descanso, que el César tenía cierto poder, pero no tenía en sus manos el dar la vida y la muerte. Su mensaje cautivó a los sencillos y encolerizó a los poderosos, tanto que le costo la vida...por ti y por mi.
El profeta anticipaba su caracter varios siglos antes, un carácter que reflejaba el amor del Padre...tal como lo hizo tiempo atrás, hoy te dice:
"Agranda tu casa; construye una ampliación. Extiende tu hogar y no repares en gastos. Pues pronto estarás llena a rebosar; tus descendientes ocuparán otras naciones y repoblarán las ciudades en ruinas. No temas, ya no vivirás avergonzada. No tengas temor, no habrá más deshonra para ti. Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud ni las tristezas de tu viudez. Pues tu Creador será tu marido; ¡el SEñOR de los Ejércitos.
Celestiales es su nombre! Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra. Pues el SEñOR te llamó para que te libres de tu dolor, como si fueras una esposa joven abandonada por su marido —dice tu Dios.
Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recibiré de nuevo. En un estallido de enojo aparté de ti mi rostro por un poco de tiempo. Pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el SEñOR, tu Redentor"