“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, Prov. 23:7
3- No puedo: la mejor excusa para muchos es decir “es demasiado difícil”; si creemos que es demasiado difícil, siempre será demasiado difícil. Nada será tan difícil como para quedarse en la esclavitud. Dios llevó al pueblo de Israel por el camino difícil con un propósito: ¡Crecemos en los tiempos difíciles, no en los fáciles! (Éx. 13:17). La fe crece cuando la usamos; los israelitas no estaban preparados para la guerra. Dios siempre nos muestra TODO su plan al momento. Cuando no tenemos a nadie más sino a Dios es cuando nos acercamos más a Él. Dios pasó al pueblo por tiempos difíciles para probarlos y ver si guardarían sus mandamientos (Deut. 8).
4- La Queja: ¿Cuál es nuestra actitud ante la prueba? ¿refunfuñar, criticar, quejarnos? Hasta que nuestra actitud durante la prueba glorifique a Dios, no vamos a salir del desierto. Necesitamos aprender a callarnos la boca y no quejarnos. La habilidad es liberada a través de la estabilidad; esto es DOMINIO PROPIO. Debemos saber que Dios está en control. Necesitamos ser pacientes durante el sufrimiento o la prueba (Rom. 12:12). Murmurando, refunfuñando y quejándonos sólo empeoramos la situación. OJO: no nos unamos con otro para quejarnos (1ª Cor. 10:9 – 11); el pueblo tentó al Señor, murmuró y perecieron. Hacemos los problemas más grandes cuando nos quejamos. ¡Quejarnos y murmurar enoja a Dios!
5- Impaciencia: dice Santiago 1:2 – 4 que la prueba de nuestra fe produce paciencia, pero a veces no la producen, producen enojo, ira, amargura, tristeza, envidia. La paciencia es un fruto que el cristiano debe desarrollar, y solamente se desarrolla mediante la prueba (Stgo. 5:7 y 8, el agricultor espera con fe, con expectación, disfruta mientras espera). La paciencia NO es la habilidad de esperar; es COMO actuamos mientras estamos esperando. Dios quiere que seamos pacientes con la gente y las circunstancias, así como Él es paciente con nosotros. La única manera para desarrollar la paciencia es pasar por circunstancias que no queremos pasar. La fe + paciencia = galardón (Heb. 10:36). Somos tan impacientes que no terminamos las cosas; necesitamos aprender a ser pacientes y esperar en Dios.
3- No puedo: la mejor excusa para muchos es decir “es demasiado difícil”; si creemos que es demasiado difícil, siempre será demasiado difícil. Nada será tan difícil como para quedarse en la esclavitud. Dios llevó al pueblo de Israel por el camino difícil con un propósito: ¡Crecemos en los tiempos difíciles, no en los fáciles! (Éx. 13:17). La fe crece cuando la usamos; los israelitas no estaban preparados para la guerra. Dios siempre nos muestra TODO su plan al momento. Cuando no tenemos a nadie más sino a Dios es cuando nos acercamos más a Él. Dios pasó al pueblo por tiempos difíciles para probarlos y ver si guardarían sus mandamientos (Deut. 8).
4- La Queja: ¿Cuál es nuestra actitud ante la prueba? ¿refunfuñar, criticar, quejarnos? Hasta que nuestra actitud durante la prueba glorifique a Dios, no vamos a salir del desierto. Necesitamos aprender a callarnos la boca y no quejarnos. La habilidad es liberada a través de la estabilidad; esto es DOMINIO PROPIO. Debemos saber que Dios está en control. Necesitamos ser pacientes durante el sufrimiento o la prueba (Rom. 12:12). Murmurando, refunfuñando y quejándonos sólo empeoramos la situación. OJO: no nos unamos con otro para quejarnos (1ª Cor. 10:9 – 11); el pueblo tentó al Señor, murmuró y perecieron. Hacemos los problemas más grandes cuando nos quejamos. ¡Quejarnos y murmurar enoja a Dios!
5- Impaciencia: dice Santiago 1:2 – 4 que la prueba de nuestra fe produce paciencia, pero a veces no la producen, producen enojo, ira, amargura, tristeza, envidia. La paciencia es un fruto que el cristiano debe desarrollar, y solamente se desarrolla mediante la prueba (Stgo. 5:7 y 8, el agricultor espera con fe, con expectación, disfruta mientras espera). La paciencia NO es la habilidad de esperar; es COMO actuamos mientras estamos esperando. Dios quiere que seamos pacientes con la gente y las circunstancias, así como Él es paciente con nosotros. La única manera para desarrollar la paciencia es pasar por circunstancias que no queremos pasar. La fe + paciencia = galardón (Heb. 10:36). Somos tan impacientes que no terminamos las cosas; necesitamos aprender a ser pacientes y esperar en Dios.