ROMPIENDO CÁNTAROS = Cerrando ciclos
Para cerrar un ciclo y tener la victoria, los israelitas debieron romper primero los cántaros. El fuego de las teas no se pudo ver hasta que se rompieron los cántaros. Necesitamos romper con TODO lo que nos impida cerrar un ciclo y enfocarnos en lo que viene, en lo que Dios tiene para nosotros. Quizás sean malos hábitos, pensamientos que nos limitan, quizás debemos soltar algo o tomar algunas decisiones.
Las cosas más valiosas cuestan. Para obtener aceite de oliva es necesario prensar la aceituna y exprimirla al máximo, aunque duela. Cuando María iba a ungir los pies del Maestro debió romper primero el frasco de alabastro para que saliera el perfume. Para que alumbraran las antorchas debieron romperse los cántaros. Aunque duela, debemos romper el cántaro, debemos despojarnos de lo que nos impide avanzar y cerrar ciclos, para concentrarnos en lo que Dios tiene para nosotros.
Muchos creyentes caminan durante años atados a malos hábitos; saben mucha palabra, oran mucho, ayunan, predican y hacen tantas cosas pero, siguen siendo los mismos. Quizás hayamos vencido algunas cosas, pero quizás haya algunas a las cuales no les hemos prestado atención y si no las destruimos, tarde o temprano ellas lo harán con nosotros.
Todos conocemos aquella área en nuestra vida que no ha sido entregada a Jesús: la lujuria, los malos pensamientos, la pornografía, el adulterio, la mentira, la codicia, el mal carácter, la ira, pelea, contienda, etc.; puede que hayas entregado muchas cosas a Jesús pero quizás aun TE FALTA UNA COSA para cerrar el ciclo que te impide avanzar.
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Fil. 3:12 – 14
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, Isa. 43:18
Para cerrar un ciclo y tener la victoria, los israelitas debieron romper primero los cántaros. El fuego de las teas no se pudo ver hasta que se rompieron los cántaros. Necesitamos romper con TODO lo que nos impida cerrar un ciclo y enfocarnos en lo que viene, en lo que Dios tiene para nosotros. Quizás sean malos hábitos, pensamientos que nos limitan, quizás debemos soltar algo o tomar algunas decisiones.
Las cosas más valiosas cuestan. Para obtener aceite de oliva es necesario prensar la aceituna y exprimirla al máximo, aunque duela. Cuando María iba a ungir los pies del Maestro debió romper primero el frasco de alabastro para que saliera el perfume. Para que alumbraran las antorchas debieron romperse los cántaros. Aunque duela, debemos romper el cántaro, debemos despojarnos de lo que nos impide avanzar y cerrar ciclos, para concentrarnos en lo que Dios tiene para nosotros.
Muchos creyentes caminan durante años atados a malos hábitos; saben mucha palabra, oran mucho, ayunan, predican y hacen tantas cosas pero, siguen siendo los mismos. Quizás hayamos vencido algunas cosas, pero quizás haya algunas a las cuales no les hemos prestado atención y si no las destruimos, tarde o temprano ellas lo harán con nosotros.
Todos conocemos aquella área en nuestra vida que no ha sido entregada a Jesús: la lujuria, los malos pensamientos, la pornografía, el adulterio, la mentira, la codicia, el mal carácter, la ira, pelea, contienda, etc.; puede que hayas entregado muchas cosas a Jesús pero quizás aun TE FALTA UNA COSA para cerrar el ciclo que te impide avanzar.
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Fil. 3:12 – 14
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, Isa. 43:18