“Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió”, 2ª Reyes 18:7
Este pasaje de la Biblia está hablando de Ezequías, hijo de Acaz. Este último había sido un rey malo. En el capítulo 16:2, 3, 4 y 8 leemos lo que hacía: “no hizo lo recto delante de Jehová, hizo pasar por fuego a su hijo, sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, regaló la plata y el oro de la casa de Jehová al rey de Asiria”.
Sin embargo, a pesar del mal ejemplo de su padre, Ezequías decidió ser diferente haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Algunas de las características de Ezequías las encontramos en 2ª Re. 18:1 – 7, y son:
1- HIZO LO RECTO (v. 3 y 4): es decir, fue decidido. No se limitó a querer ser diferente, sino que lo llevó a cabo, aun en contra de las costumbres o tradiciones. Algunos ejemplos más que encontramos en la Biblia sobre gente decidida fueron la mujer del flujo de sangre (Mar. 5), quien no se detuvo para tocar el borde del manto de Jesús por ser una mujer inmunda; como Zaqueo, quien no se detuvo por ser pequeño de estatura, sino que se subió a un árbol para ver pasar a Jesús.
2- PUSO SU ESPERANZA (v. 5 y 6): en Jehová; no se apartó de él, sino que guardó todos sus mandamientos. Dice el pasaje que no hubo otro rey como él ni antes ni después. En 2ª Cr. 32:7 y 8 vemos la confianza de Ezequías en el Señor. Senaquerib, rey de Asiria, invade las ciudades de Judá como había hecho con Acaz. Ezequías animó al pueblo. Senaquerib envía nuevamente cartas a Ezequías para asustarlo y blasfemar contra Jehová (v. 9 – 18). Ezequías lleva las cartas al templo y clama a Dios. Isaías, el profeta, le habla y lo anima (v. 20 – 23). Dios le da la victoria a Ezequías (v. 23) porque éste puso su esperanza en Él.
3- JEHOVÁ ESTABA CON ÉL (v. 7): y PROSPERABA en TODO lo que hacía. Ezequías estuvo dispuesto a no servir al rey pagano y fue decidido en cuanto a su fidelidad a Dios. como resultado, adondequiera que salía, Dios estaba con él y fue prosperado.
La mayoría de las veces creemos que la prosperidad tiene que ver exclusivamente con lo financiero; creemos que como hijos de Dios debemos tener abundancia de bienes materiales. Si es cierto, pero, la prosperidad va más allá de lo material. Tiene que ver con nuestro carácter, con nuestra fidelidad, con la decisión de vivir una vida comprometida con el Señor y servirle. Como resultado, las bendiciones materiales vendrán, pero no serán nuestra prioridad, ya que nuestra atención estará centrada en vivir para Él y ser cada día más como Él.