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Se prohíbe preocuparse (3)

“Por tanto os digo: no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?



-         Por estar preocupados no llegará más rápido el camión o el carro que nos tiene que llevar al trabajo; estar preocupados por los recibos que tenemos por pagar no hará que nos llegue más dinero. La situación de nuestro país no cambiará como resultado de la preocupación. LA PREOCUPACIÓN NO APORTA NINGUNA SOLUCIÓN. En cambio, SÍ tiene efectos sobre la persona que la permite (es contagiosa, produce impaciencia, daña nuestra salud).


-         Considere, por ejemplo, la angustia que sintieron los discípulos en medio de la intensa tormenta que enfrentaron en Marcos 4:35 – 41. La ansiedad les llevó a despertar a Jesús para acusarlo de ser poco sensible a las necesidades que ellos tenían. En aquella ocasión Él también los reprendió por su falta de fe.

-         Piense también en el mucho afán de Marta, cuando Cristo visitó su hogar. Su preocupación la llevó a reprochar a su hermana María, y aun más importante que esto, acusó al Señor de tener poco interés en su situación personal.

-         El Señor nos invita a estar ocupados, no preocupados. Podemos dedicarle a nuestras actividades nuestro tiempo y nuestra atención, pero no rendir nuestra paz a las circunstancias.

2-   LA PREOCUPACIÓN ANSIOSA NO TIENE SENTIDO: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿Por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (vs. 27 – 29). El consenso general es que “añadir a su estatura” debiera traducirse “podrá prolongar su vida”. Jesús está diciendo que no tiene ningún sentido el cuidado ansioso. Ninguno puede añadir una fracción de tiempo a su vida. Es más probable que en vez de prolongarla, la acorte. Ganamos muy poco por preocuparnos ansiosamente, y frecuentemente comprobamos que los problemas del mañana a menudo no llegan.

-         La ansiedad es inútil porque no podemos recobrar el pasado. Está fuera de nuestro alcance. Ni tampoco puede evitar los desastres o evadir las dificultades que amenazan el futuro, de manera que no logramos nada con afligirnos por él.

-         La preocupación por las crisis del presente tiende a producir más úlceras y trombosis que soluciones. Sólo sirve para afectar nuestros pensamientos y limitar nuestra capacidad para encontrar soluciones adecuadas o para enfrentar emergencias.

Continuará…

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