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Se prohíbe preocuparse (4)

“Por tanto os digo: no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?


 -         “Considerad los lirios del campo” les propuso Jesús a sus discípulos. Miren con qué brillantes colores el Padre las adorna. Vean cómo sin esfuerzo crecen bajo su cuidado divino. Si esto hace por las flores del campo, ¿Qué hará por sus propios hijos? ¿Entonces por qué preocuparnos?


2-   LA PREOCUPACIÓN ES FALTA DE FE: “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (vs. 30, 31). Tenemos la tendencia de quitarle importancia al hábito de preocuparnos considerando que es una debilidad hereditaria con la que deberíamos aprender a convivir. Pero Jesús no pensaba así. Para Él era una pecaminosa falta de fe en Su Padre. Jesús describe al ansioso como un “hombre de poca fe”, y ésta NO es una simple “debilidad”, porque “sin fe es imposible agradar a Dios”, Heb. 11:6

-         Muchos cristianos están más dispuestos a preocuparse desesperadamente que a confiar en Dios para resolverlos. Confiamos en Dios para asuntos de suma importancia como la salvación, pero no le confiamos nuestros otros intereses, que son menos importantes. Confianza y preocupación no pueden compartir la misma cama. Son antagónicos. El uno niega al otro. Preocuparnos ansiosamente denota falta de fe.

3-   LA PREOCUPACIÓN ES MUNDANA: “Porque los gentiles buscan todas estas cosas, ero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (v. 32). Al preocuparnos nos hacemos como los del mundo, que están absortos en la búsqueda de cosas terrenales. De esa manera perdemos la característica que nos distingue de ellos, la de ser la sal de la tierra. Nos preocupamos por las mismas cosas que aquellos que no han recibido una revelación de Dios. la creencia fatalista pagana es que las cosas que nos ocurren son inevitables o accidentales; por eso dicen: “Comamos y bebamos porque mañana moriremos”.

4-   LA PRIORIDAD DE LA FE: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (v. 33). Uno de los principios clave de toda la vida cristiana es: la fe aparta a la ansiosa preocupación y no le da lugar. Tan pronto como la tendencia a preocuparnos se quiera afirmar, debemos enfrentarla con una declaración de fe en el amor y cuidado de Dios. Si confiamos no estaremos ansiosos, pero si nos preocupamos no estaremos confiando. La preocupación no es una característica de quien conoce a su Padre celestial como un Dios todopoderoso.

Continuará…

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