“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”, 1ª Pe. 2:20
Explicación de las consecuencias
El apóstol Pablo amplía cada uno de los conceptos anteriores en 2ª Cor. 11:23 – 28. En el v. 23, Pablo pregunta: “¿son ministros de Cristo?... Yo más”. Después, menciona algo muy importante para sostener su afirmación: ¡Las cosas que ha sufrido! En los versículos que siguen, Pablo enumera las consecuencias dolorosas.
Si hablamos en serio cuando decimos que queremos conformarnos a la imagen de Cristo, tendremos que aprender a hacer frente a las consecuencias. Los que sirven, sufrirán (2ª Cor. 11:23 – 28):
- En trabajos: en correspondencia con las presiones y tensiones (tribulación) están los trabajos (v. 27 y 28). La presión y la tensión debilitan, y algunas veces matan
- En cárceles: en concordancia con los “apuros” menciona las ocasiones en que sufrió maltrato y cárcel (v. 26). Cuando se ha estado en la cárcel uno se pregunta dónde está Dios y ocasionalmente hasta se duda de Él. Se experimenta la confusión, se está desorientado, y sobre todo, existe una profunda soledad
- En azotes: en concordancia con las consecuencias negativas de la “persecución” Pablo menciona el recibir azotes (v. 24 y 25). Se refiere al momento cuando se abusa físicamente de alguien, aunque generalmente ocurre más en el plano emocional que en el físico
- En peligros de muerte: cae en la categoría del rechazo (v. 25 al 27). ¿Cómo pudo ocurrirle esto a un hombre como Pablo? ¿Por qué permitió Dios eso? Lo permitió para dar curso al servicio
Sugerencias para hacer frente a las consecuencias
1- “A mí no me toca nada que no haya pasado por las manos de mi Padre celestial”: NADA. Cualquier cosa que ocurra, Dios la ha aprobado. Tal vez no sepamos por qué (tal vez nunca lo sepamos), pero sí sabemos que nuestro dolor NO es un accidente para Él, quien dirige nuestra vida. A Él nada lo toma por sorpresa
2- “Todo lo que yo soporto está diseñado para prepararme a fin de que sirva a los demás de una manera más eficaz”: TODO. Mi Padre me está conformando a la imagen de su Hijo. Todo lo que pase tiene el propósito de dejar mis manos vacías de mis recursos, mi propia suficiencia, para que me vuelva hacia Él
Puede que las cosas no sean lógicas ni justas, pero cuando Dios dirige los acontecimientos de nuestra vida, son buenas, aunque suframos las dolorosas consecuencias de servir a los demás.