“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”, Sal. 40:8
La Palabra de Dios nos enseña que existe una voluntad general de Dios para todos los hombres y una voluntad específica para cada uno, de manera individual. Veamos algunos pasajes:
- “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”, Sal. 143:10
- “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”, Mat. 7:21
- “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre”, Mat. 12:50
- “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye”, Juan 9:31
- “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, Rom. 12:2
- “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”, Ef. 5:17
- “… no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres…”, Ef. 6:6 y 7
- “… porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”, Fil. 2:13
- “… pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación…”, 1ª Tes. 4:3
- “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos…”, 1ª Pe. 2:15
- “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”, 1ª Juan 2:17
Todos estamos obligados a conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Preguntarle es fácil, obedecer es otra cosa. Esto sólo se logra a través de: orar (esperar en Él), leer la Biblia (está de acuerdo con su voluntad), buscar consejo sabio, pedir señales (no emociones).
La primera voluntad de Dios para nosotros es la OBEDIENCIA; se resume en dos palabras: SER y HACER. La voluntad de Dios es obedecerle y serle fiel. Es hacer lo que Él me dice que haga, en la forma en que Él quiere que lo haga. OJO: la voluntad de Dios nunca entra en conflicto o contradicción con su Palabra. Conocer su voluntad también nos trae PAZ. Cuando nos aferramos a algo ya no estamos a disposición de Dios para hacer lo que Él quiere.
¿Qué podría hacer Dios contigo si tuviera la libertad de hacer lo que Él quisiera?