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Devocional Cristiano - Tú lo quieres, tú lo tienes

En febrero del año pasado, fui a una compañía de celulares y me animé en comprar un iPhone 3… CLARO está que me dijeron que el modelo no lo tenían disponible pero que tenían una súper oferta por los Blackberry. Finalmente, me convencieron y entré en un contrato por un año. Al mes de esta adquisición, salía yo de mi oficina para almorzar –como siempre hablando por teléfono – cuando de repente, me salió al encuentro un Roberto que me arranchó el celular y salió disparado como alma que lleva el diablo.

Regresé a la compañía instantáneamente para bloquearlo para que no lo pueda usar el facineroso este y les pregunté si podían darme otro y cuánto me costaría. Me dijeron “Imposible porque aún no terminas de pagar el equipo, además tienes contrato por un año”. Y yo: “¿Tengo que pagar un año por el servicio de un equipo que me ha sido robado? ¿Teniendo denuncia y todo? ¿Dónde está la ley en defensa del consumidor? ¿Dónde están los hombres de negro cuando se les necesita?”.

¡Me pareció el colmo! Así que, pagué puntualmente marzo… abril y un amigo me vendió un iPhone pero los de la compañía esta no querían cambiar mi plan de Blackberry al de un iPhone. Tenía mi iPhone 3 entre las manos pero sin Internet y sin poder disfrutar todas sus funciones. Dentro de mí, me sentía frustrada pensando: "Dios, esto no es justo”. Aguardé casi un año y… ¿qué creen? En enero 2012, salió al mercado el nuevo y mejorado iPhone 4s. Así que, regresé a la compañía y me dijeron: “Tenemos unos cuantos pero aún no termina tu contrato para que puedas adquirirlo”.

Esperé pacientemente, como Jesús Adrián Romero, y llegó el 15 de febrero… Fecha límite en la que ya podía hacer vigente la compra de mi tan esperado equipo móvil. Hice cola por una hora, llegué a la ventanilla y me dijeron: "Ya no tenemos esos equipos disponibles en Lima… Quizá en un par de semanas o si quieres tenemos Blackberrys”. Y yo… ¡no quería ningún Berry sea cual sea! Así que les dije: “Regreso en dos semanas”.

Regresé, hice las colas interminables y justo toda la empresa en la que trabajo, decidió moverse a la compañía móvil de la competencia. Así que pensé: “¿Para qué seguir aquí? Mejor hago todo el Movimiento para cambiarme a esta otra compañía”. Le pregunté al consultor de celulares de mi empresa, me dijo cuánto me costaría un iPhone 4s con ellos... Sinceramente un ojo de la cara y que no estaba dispuesta a pagar.

Me MOVIlicé rápidamente a la compañía de la competencia y les pregunté: “¿Tienen iPhone 4s?”. Me dijeron: “¡Sí!”. Y yo: “¿Aplico para comprarme uno?”. Me dijeron: “¡Sí!”. Y yo: “¿Tienen color blanco?”. Ellos: “¡Sí!”. Yo: “Ok, regreso en un momento porque CLARO que voy a cancelar mi contrato”. Entré decidida a despedirme de ellos, esperé como de costumbre y cuando tocó mi turno para ser atendida les dije: “¡Quiero cancelar mi contrato con ustedes porque vengo pagando un año por un equipo que no uso y el equipo que quiero ustedes no lo tienen”. “Ok”, me dijeron, “deme su DNI (Documento Nacional de Identidad)”. Lo miraron y su respuesta fue: “Señorita, su DNI caducó el día de ayer y no puede hacer ningún trámite como cancelación de contrato con un DNI vencido”. Quería escupirles y decirles de qué iban morirse pero solo los miré y les dije que regresaría con mi DNI vigente y que allí iba a cancelar el contrato con ellos.

Fui a tramitar un nuevo DNI… pagué, hice colas y al cabo de cinco días… ¡me lo entregaron! Así que, regresé CLARO está a la compañía. Cuando me atendieron, después de hora 45 minutos, los clavos que me tienen crucificada se estaban por soltar porque la leona, que llevo dentro, estaba a punto de salirse. Me dijeron: “Srta. Neciosup, usted quiere cancelar contrato con nosotros porque no tenemos lo que pide y si yo le dijera que tengo en stock un iPhone 4s, ¿se quedaría con nosotros?”. A lo que mi respuesta fue: “Me han dicho que no lo tienen y me he MOVIlizado a la competencia, así que me cambio”. La joven me dijo: “Espéreme un momento”. Regresó con el equipo en la mano y me dijo: “Señorita vemos que ha sido puntual en sus pagos y esta no es la primera de sus visitas, así que voy a darle el 65% del costo del equipo por cuenta de nuestra compañía, no va a pagar los primeros tres meses y le vamos a dar la velocidad más elevada en Internet”. Les dije: “Un momento”. Llamé y pregunté cuánto me costaba en la otra compañía… ¡era el doble! Y le dije a la señorita que me atendía: “¿Dónde firmo? Acepto”.
¿Por qué te cuento toda mi historia? Dios ponía estás palabras en mi mente mientras esperé por un año: “Sólo pídelo, y te daré…” (Salmos 2:8)

Y cuando ya estaba a punto de rendirme: “Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta. Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar? O si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no! Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre Celestial dará buenos regalos a quienes le pidan” (Mateo 7:7-8)
Tu Padre desde el cielo quiere darte buenos regalos. Si tú eres un hijo de Dios, esta es una genial noticia para ti. ¿Por qué no tienes? Porque no pides. ¿Por qué no recibes? Porque no buscas. ¿Por qué no se te abren las puertas? Porque no las has tocado hasta cansarte.

Mi mensaje es PIDE. No seas escaso ni tengas mente de mendigo, si tú tienes a Dios como Padre y le pides poco, eres un loco. Dios quiere darle buenos regalos a quienes le pidan y esos son sus hijos. Cuando Dios da, lo hace sin límites… No envidies a nadie nada porque los recursos de tu Padre son ilimitados. Cuando tú envidias estás teniendo un pensamiento de que lo que Dios le ha dado al otro, no te lo puede dar a ti.

“Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios” (Santiago 4:2 NTV)

Yo tengo todo lo que le he pedido a Dios, aún mis imposibles se hacen posibles ante Él.
“Reyes serán maestros de tus hijos, y princesas los cuidarán. Se postrarán rostro en tierra ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Entonces comprobarás que yo soy el SEÑOR. Los que confíen en mí no saldrán defraudados” (Isaías 49:23 PDT)

Nunca saldremos defraudados cuando confiamos en Dios, aún lo malo que nos puede pasar, se tornará en una bendición. Dios es experto en revertir diagnósticos, en prolongar la vida, en multiplicar cuando piensas que estás en bancarrota. Estoy hablando del mismo Dios que no escatimó a su único hijo por ti… ¿No crees entonces que te dará TODO lo que le pidas?

Empieza a pedir, haz una lista y cree que esos buenos regalos del cielo vienen a tu vida y caerán, uno detrás de otro.
“… Yo sé que Dios te dará todo lo que pidas” (Juan 11:22 NTV) ¿Lo crees?

No es que Dios lo vaya a hacer, es que Dios ya ha mandado que así sea. Así que tienes que perseverar y creer que cada vez está más cerca el tiempo del cumplimiento.

Todo lo que tienes ahora es fruto de una visión que tuviste en el pasado. Hoy puede que lo único que tengas sea un sueño pero así fue como comenzó José, Abraham, David, Esther y otros personajes de la Biblia. Y después llegaron a ser importantes hombres de gobierno, padre de multitudes, reyes y reinas. Recuerda, entonces, tu estado futuro depende de lo que creas hoy. Así que, ten fe porque si lo quieres… ¡lo podrás tener!

Escrito Por: Wenddy Neciosup
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Fuente original del articulo: http://wenddys.blogspot.com/2012/03/tu-lo-quieres-tu-lo-tienes.html

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