Estamos presenciando el surgimiento de un abolicionismo evangélico ; entiéndase por abolicionismo, a una corriente dentro del ámbito judicial, que cree que reprimir el delito es un acto fascista, porque en definitiva, para quienes adhieren a esta corriente, el delincuente es una victima del sistema.Y consecuentemente con esa torcida y perversa visión de la realidad, la conclusión final, es que hay que abolir las leyes que castigan y llevan a reprimir el delito.
Ahora pareciera ser que esto esta afectando al evangelicalismo, porque hoy por hoy, es muy común escuchar a "ministros", oponerse enérgicamente a que se señalen los hechos de apostasía con nombre y apellido, y mucho menos que se catalogue a alguien como apostata. Es decir aqui tenemos un paralelismo, porque asi como el abolicionismo jurídico, dice que no hay que reprimir a los delincuentes, el abolicionismo evangélico, dice que no hay que juzgar, y mucho menos señalar a alguien con nombre y apellido.
Los abolicionistas jurídicos propugnan por abolir las leyes que castigan el delito, y los abolicionistas evangélicos quieren suprimir los principios bíblicos que claramente enseñan que el engaño y los engañadores deben ser expuestos.
Conclusión; Cuando estos "ministros se niegan a señalar el engaño y la apostasía, lo que en verdad esta procurando, es garantizar un marco de impunidad. La naturaleza moral de estos individuos, los incapacita para juzgar con justo juicio, porque si condenaran la apostasía y el engaño se estarían condenando a si mismos.
Ahora pareciera ser que esto esta afectando al evangelicalismo, porque hoy por hoy, es muy común escuchar a "ministros", oponerse enérgicamente a que se señalen los hechos de apostasía con nombre y apellido, y mucho menos que se catalogue a alguien como apostata. Es decir aqui tenemos un paralelismo, porque asi como el abolicionismo jurídico, dice que no hay que reprimir a los delincuentes, el abolicionismo evangélico, dice que no hay que juzgar, y mucho menos señalar a alguien con nombre y apellido.
Los abolicionistas jurídicos propugnan por abolir las leyes que castigan el delito, y los abolicionistas evangélicos quieren suprimir los principios bíblicos que claramente enseñan que el engaño y los engañadores deben ser expuestos.
Conclusión; Cuando estos "ministros se niegan a señalar el engaño y la apostasía, lo que en verdad esta procurando, es garantizar un marco de impunidad. La naturaleza moral de estos individuos, los incapacita para juzgar con justo juicio, porque si condenaran la apostasía y el engaño se estarían condenando a si mismos.