Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque la tierra no era profunda. Marcos 4.5, Limpiemos el Terreno de la mala hierba.
Con el transcurso de los años, el corazón de numerosos seguidores de Jesús se llena de “piedras”. Esto se debe a la acción de los demonios, y muchos no se dan ni cuenta. No importa qué le hayan hecho; usted no puede perder el contacto con el Señor ni dejar que estas rocas se formen en su interior. Al igual que una disfunción renal produce cálculos en los riñones, una “disfunción” de la fe y del amor también genera piedras.
Mientras que haya barreras en su vida, usted perderá las bendiciones. El Señor comparó el proceso por el que Dios nos bendice al trabajo de un sembrador. Nos avisa de que, donde haya pedregales, la Semilla se quemará por las situaciones en las que se encontrará. El enemigo sabe que esa es la única forma de impedirle que reciba la gracia y, de este modo, se convierta en un gran perjuicio para él. Por eso hace que usted se resienta por todo y con todos.
El corazón pedregoso recibe la Palabra con alegría (lo que está bien), se llena de felicidad y cree que sus problemas están resueltos. Pero, desgraciadamente, eso no es lo que dijo Cristo. En cuanto caiga la Semilla en su corazón aparecerán las persecuciones y tribulaciones a causa de la Palabra. Y como la nueva plantita no tiene una raíz profunda, morirá. No permita que esto suceda.
Este asunto es grave. Al haber piedra, habrá poca tierra. Así, aunque esa persona se esfuerce para enraizarse en el Maestro, no lo conseguirá. Por lo tanto, vea qué ha puesto el diablo en su corazón, busque a la persona que le hirió y hable con ella, reconociendo su propio error y perdonando el suyo (Lucas 17.3). Al quitar las piedras, su corazón se vuelve tierra fértil.
Todos sufrirán tiempos de tribulación o persecuciones a causa de las Escrituras. No hay nada de malo en pasar por una serie de problemas. El error es tener piedras en nuestro interior porque, aunque la Semilla se esfuerce en producir los frutos, se secará. Esta advertencia es para que no permita que el enemigo le avergüence ni le oprima. La Semilla es lo que le falta para que pueda ser bendecido.
El que se aleja de Dios es el vivo retrato de ese tipo de suelo. Por eso nunca verá que la Palabra produzca lo que se le ordenó. Pídale a Dios arrepentimiento y líbrese de todos los rencores. Ore y crea, porque el Padre le dará lo necesario para que no pierda las obras preparadas para realizarse como Su hijo.
Los que se escandalizan dejan el Camino y se sumergen en las tinieblas, de donde no saldrán jamás. Pero los que se arrepienten y se reconcilian con la persona a la que traicionaron o que les traicionó comprueban que, cuando el corazón está libre de las piedras, ninguna palabra que envíe el Señor volverá a Él vacía (Isaías 55.11).