Esta semana viajé con mis alumnos a las cataratas del Iguazú, una de las más grandes maravillas del mundo natural. Tiene múltiples saltos, pero en la “Garganta del Diablo” se precipitan desde una altura de 80 metros, con un estruendo poderoso que puede escucharse a kilómetros de distancia. El espectáculo fue aún mayor porque el caudal había aumentado tanto que, después de pasar nosotros, cerraron los accesos por seguridad. Parado allí fui consciente de mi pequeñez y fragilidad. Daba miedo mirar hacia abajo por la furia de las aguas, que caían en incansable tropel ¡Qué poca cosa es el hombre frente a estos portentos de la naturaleza! Sin embargo, pude ver al mismo tiempo una gran cantidad de pajaritos, volando con tranquila seguridad entre las fumarolas formadas por el agua que caía. Le pregunté a mi guía que aves eran aquellas, y me dijo que se llamaban vencejos. Me sorprendió encontrarlo en el mismo logotipo del parque, y quise saber algo más de tan singular criatura y de como hacía p...
Reflexiones Cristianas Para Meditar en Cristo Jesús. Publicamos cada día una Reflexión Cristiana del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.